La inflación de febrero de 3,8% confirma que los precios, en contraposición a lo que anunció el presidente Macri semanas atrás, siguen acelerándose en los primeros meses del año. En febrero de 2019 respecto de igual mes del año pasado acumula 51,3%, mientras que en diciembre estaba –siempre respecto a igual mes del año anterior—en el 47,6%. Con semejantes cifras, la inflación continúa instalada en los mayores niveles de los últimos 27 años (ver gráfico).
Esto no significa que, si el dólar no vuelve a dispararse la inflación pueda este año cerrar en diciembre de este año (¿en 35 por ciento?), por debajo de la inflación acumulada en 2018. Pero por ahora son conjeturas. La realidad es que en estos meses se están atravesando los picos inflacionarios de la era Macri. Por eso, lo único que hoy puede decir el ministro de Economía, Nicolas Dujovne, es: “no tenemos un pronóstico pero estamos convencidos que la inflación de este año será menor a la del año pasado”, siempre y cuando el dólar no vuelva a dispararse. Hace unos meses, defendía la meta de inflación del 23% incluida en el Presupuesto 2019. Pero esa proyección oficial, una vez más, quedó totalmente sepultada.
En los primeros dos meses del año, la inflación nacional acumula un 6,8%. Y con la inflación de marzo, superará el 10% en el primer trimestre del año, neutralizando la mejoras del poder de compra de los salarios que se esperaba a partir de marzo para motorizar una recuperación del consumo. Un impulso inflacionario que se mueve todavía con el empujón del salto cambiario (del 100%) del año pasado, porque entre octubre y febrero el dólar se mantuvo prácticamente estable.
En febrero influyó el aumento de las tarifas de servicios públicos (transporte y fundamentalmente electricidad). Sin embargo, el dato más impactante es lo que está sucediendo con el precio de los “alimentos y bebidas”. En febrero aumentaron 5,7%, muy por encima de la inflación general, y acumula en los últimos 12 meses un impresionante 58,3%. Esa es la cifra más preocupante: la inflación de alimentos está corriendo arriba del 58% anual. Esa es la inflación que golpea a los pobres, que destinan casi todo el presupuesto familiar a la compra de alimentos. En febrero, como en enero, se dispararon los precios de la carne y lácteos. Según los registros del Indec, los aumentos para los principales cortes de carne rondaron entre el 11 y casi 16%: nalga (15%); cuadril (cuadril 15,6%); paleta (14,5%); asado (12,5%); picada común (11,4%). También se disparó el precio del pollo (8,7%). Mientras que en lácteos, se detectaron fuertes remarcaciones en quesos (alrededor de 8%).
