Macri definió la nueva "política económica electoral": se banca más recesión, pero no otro salto del dólar

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Un juego de pinzas para controlar al dólar. El Banco Central endureció el “torniquete monetario”, continuará durante todo el año la promesa de “cero emisión” de pesos y tasas de interés altas. En simultáneo, Nicolás Dujovne anunció que el Tesoro nacional venderá u$s 9.600 millones en los próximos meses en el mercado cambiario. A partir de abril, hará una subasta diaria de USD 60 millones. El nuevo “plan económico electoral, avalado por el FMI, podría resumirse así: la prioridad es que el dólar no se vuelva a disparar, y se apuntarán todos los cañones en esa dirección, aunque ello implique una salida más lenta de lo previsto de la recesión. En otras palabras, Macri está resignado a bancarse el costo político de más recesión, pero no soportaría una nueva crisis cambiaria.
  ¿De qué se tratan el nuevo paquete económico electoral anunciado, de manera coordinada, por Dujovne y Sandleris? Veamos.
   Tras el mal dato de inflación de 3,8% en febrero (51,3% en los últimos 12 meses), el titular del Banco Central, Guido Sandleris, anunció que la política monetaria será todavía más dura que hasta ahora. El principal anuncio es la extensión del objetivo de “base monetaria con crecimiento cero” hasta fin de año. Esta decisión impactará en las tasas de interés de referencia de las Letras de liquidez (que emite el BCRA) y de allí al resto de las tasas de la economía.
  Con una tasa de interés más alta, se encarecen todos los créditos, se enfría la demanda (consumo e inversión) y se busca desalentar presiones inflacionarias. A su vez, las tasas de interés más altas aminoran las presiones sobre la cotización del dólar. Sin crédito o con crédito muy caro, las empresas no solo no tienen financiamiento disponible para correr al dólar, sino que al contrario: en muchos casos deben vender dólares para pagar salarios, impuestos o capital de trabajo. A su vez, al cobran tasas más altas por las Leliqs, los bancos deberían pagar tasas más atractivas a los depositantes, para tentarlos a quedarse en pesos en lugar de retirar sus plazos fijos al vencimiento y comprar dólares. Traducido: las tasas de interés (hoy la tasa promedio de las Leliqs cerró arriba de 63,7%) se mantendrán elevadas todo el tiempo que sea necesario para evitar presiones sobre el tipo de cambio y mientras la no ceda inflación. Claramente, el nivel de actividad no es una prioridad en esta nueva etapa de la política monetaria.
   También se anunció que se “achicara” la actualización de zona de no intervención cambiaria a un 1,75% mensual para el segundo trimestre del año. Recordemos que la actualización era de 2% mensual entre enero y marzo, y entre octubre y diciembre fue del 3% mensual. Así, la banda inferior de la “zona de no intervención” quedará en 41,5 pesos a fin de junio. Mientras que la banda superior será de 53,7 pesos (ver gráfico), un valor que continúa siendo muy elevado, si consideramos que es 34% mayor a la cotización actual. Pero igualmente la señal es que se busca que el dólar se mueva menos que hasta ahora, y que actue incluso como un “ancla” para el resto de los precios de la economía. Como hasta ahora, en el caso que el dólar “perfore” la banda inferior de la “zona de no intervención” (ZNI), el BCRA podrá comprar hasta 50 millones de dólares por día -con un tope máximo acumulado equivalente al 2% base monetaria. Y si rompe el “techo” de la ZNI podrá vender hasta 150 millones de dólares diarios para frenarlo.
  Sin embargo, en materia cambiaria, el dato fuerte es el anuncio de Dujovne de que el Gobierno (el Tesoro) venderá, con la autorización del FMI, u$s 9.600 millones del préstamo del organismo en el mercado cambiario entre abril y diciembre. Es la señal más contundente de que Macri convenció a Washington de que jugar “a fondo” para que el dólar no se descontrole en la campaña electoral, de modo tal de mantener las chances de su reelección. (Para entender cómo funciona la venta de dólares del préstamo del FMI al Tesoro, cuáles son las “reservas reales” del Banco Central, y los riesgos para el próxima administración si es necesario vender todos esos dólares en los próximos meses, ver aquí).
   Los anuncios de Dujovne y Sandleris tuvieron su primer impacto positivo en el mercado cambiario. El dólar cerró la semana con una caída de un 1,9% en el segmento mayorista, en 40 pesos (casi 80 centavos menos que el jueves). Mientras que en el minorista cotizó a 41,13 pesos. Con semejante artillería, es probable que en el corto plazo veamos calma en el dólar a costa de menor actividad. A “pura tasa de interés” y con la venta de los dólares del FMI, más las divisas que liquiden los exportadores de la cosecha gruesa, entre abril y junio el esquema estará abastecido de oferta el mercado cambiario y habrá “premio” -de corto plazo- a la “pesificación”. Siempre y cuando, claro, mientras no suceda nada extraño en el mercado financiero internacional.
   El gran test será a partir de junio, cuando las definiciones políticas (candidatos y encuestas) se empiecen a mezclar con las variables financieras y una economía real que en el mejor de los casos estará escalando muy lentamente desde el fondo del pozo.