El impacto real del apretón monetario: ¿en riesgo la elección?

El desarme desordenado de las LEFI pegó fuerte en el mercado financiero. Las tasas de interés se dispararon —pasaron de 36% a más del 90% en semanas— y se volvieron mucho más volátiles. El equipo económico continúa priorizando la estabilidad cambiaria y la desinflación, pero el costo empieza a sentirse. Veamos cinco consecuencias que ya golpean en la economía real y en las expectativas:

1.Caída del crédito a empresas

Los adelantos en cuenta corriente a empresas, termómetro de la necesidad de liquidez inmediata del sector privado (especialmente de PyMes), muestran una contracción significativa desde el desarme de las LEFIs.

La suba de tasas de interés encareció el financiamiento de corto plazo y obligó a muchas compañías a recortar operaciones o postergar pagos.  Tras el 10 de julio, con el inicio del desarme de las LEFI, losadelantos a empresas pasaron de los $9,3 billones a mediados de julio a solo $8,1 billones al 21/8.  El salto de las tasas de interés—que pasaron de niveles cercanos al 36% a más del 90% en pocas semanas— frenó la dinámica del crédito a empresas.

2. Suba en la irregularidad del crédito privado

Según el informe de Bancos publicado por el Banco Central, la morosidad del crédito al sector privado volvió a subir en junio y ya se ubica en el nivel más alto de los últimos 18 meses.

En junio, la irregularidad del sector privado trepó al 2,9%, desde el 2,6% de mayo y muy por encima del 1,8% de un año atrás. Y se acerca al 3,5% que se había visto en enero de 2024, en plena turbulencia post-devaluación.

El deterioro es más pronunciado en el crédito al consumo: la mora en tarjetas de crédito escaló al 4,4% (cuando en junio de 2024 era apenas 1,9%) y en los préstamos personales se disparó del 4,1% al 6,4% en el mismo período.

 Un reflejo claro del impacto que tienen las tasas elevadas y la caída del poder de compra sobre la capacidad de pago de los hogares.

3. Confianza del consumidor en baja

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) sufrió un descenso intermensual del 13,9 % en agosto, registrando su valor más bajo desde septiembre de 2024 y la caída más pronunciada desde diciembre de 2023.

El retroceso fue generalizado: la percepción personal cayó 12,9 %, la macroeconómica 13,7 % y las expectativas de compra de bienes durables e inmuebles se hundieron 15,2 %.

El impacto fue mayor en los hogares de menores ingresos, con una caída del 18,3 % mensual, mientras que entre los hogares de mayores ingresos fue del 10,3 %. Este deterioro puntualiza el aumento del pesimismo en un contexto de incertidumbre económica, con efecto directo sobre las decisiones de consumo en el corto plazo.

Al desagregar, se observa que los rubros más castigados son “Situación personal actual” y “Bienes durables e inmuebles”. Dos segmentos fuertemente potenciados hasta febrero de 2025,  por el dinamismo del crédito, dólar “planchado” y apertura de la economía, sumado al repunte del poder adquisitivo del salario. Sin embargo, esta recuperación se frenó producto del endurecimiento de la política monetaria e ingresos de las familias que ya no le ganan a la inflación.

4. Se desplomó el Índice de Confianza en el Gobierno

El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) se desplomó en agosto un 13,6% mensual y marcó 2,12 puntos, el valor más bajo desde que asumió Milei. El retroceso del ICG no solo fue generalizado, sino que mostró quiebres fuertes en distintos segmentos sociales.

Por género, la confianza cayó mucho más entre las mujeres (-20%) que entre los hombres (-8,3%), llevando el índice femenino a apenas 1,8 puntos.

En la desagregación etaria, el golpe más duro lo sintieron los jóvenes de 18 a 29 años, donde la confianza se desplomó 24,4%, mientras que entre los mayores de 50 la baja fue de 14,6% y en el grupo de 30 a 49 solo -8%.

Por región, el derrumbe fue muy marcado en el Área Metropolitana: en CABA el ICG se hundió 28,2% y en el GBA 23,3%, contra una caída mucho más moderada en el interior del país (-7,4%).

En términos educativos, el índice se sostuvo algo más entre quienes alcanzaron estudios terciarios o universitarios (-7,6%), pero se derrumbó entre los de nivel secundario (-20%) y especialmente entre quienes solo completaron primaria, donde la confianza se desplomó un 30,2%.

5.Agregados monetarios en retroceso

La contracara del fin de las LEFI es la contracción de los agregados monetarios. Con una economía ya poco monetizada en términos históricos, el ajuste profundizó la baja de la base y los depósitos transaccionales.

El resultado: un proceso de “desmonetización” forzada, que tensiona aún más la circulación de pesos y reduce la liquidez disponible para consumo e inversión.

Aquí conviene remarcar que Argentina atraviesa uno de los niveles más bajos de monetización de las últimas décadas (medidos como M2 o M3 sobre PBI). Cualquier ajuste adicional potencia la fragilidad del sistema financiero y dificulta la recuperación.

El apretón monetariose refleja con claridad en la dinámica de los agregados. En el último mes, el M2 cayó 6,9%, elM2 transaccional se desplomó 10,53%y hasta el M3 retrocedió 1,9%. Con una economía que ya opera con bajos niveles de monetización, este ajuste profundiza la falta de liquidez y limita la capacidad de los hogares y empresas para sostener consumo e inversión.

En resumen, el apretón monetario tras el desarme de las LEFI, para evitar que el dólar oficial se aproxime peligrosamente al “techo de la banda”, empieza a dejar huellas en la economía real. Menos crédito, más morosidad, caída en la confianza y menos pesos circulando son señales de alerta de que la política de tasas altas no es gratis.