El 27 de octubre será un día D no sólo para la política sino también para la economía. Hasta entonces Macri y Alberto Fernández hacen su juego. Pero a partir de ese día el “pacto no escrito” después de las PASO se terminará.
“Con el tema de las reservas estoy resignado, dado que su incapacidad es asombrosa, parece que lo hicieran a propósito, no paran de perderlas”, dijo Alberto Fernández horas después del debate.
Macri, en plena campaña electoral del #Sísepuede, pretende que el dólar quede “planchado” en 60 pesos hasta las elecciones. No sólo para mejorar sus chances electorales. Un nuevo salto del tipo de cambio y otra estampida inflacionaria marcaría el cierre de su mandato con todavía más pobreza y conflictividad social.
Necesita llegar al 10 de diciembre con estabilidad cambiaria, sacrificando las reservas del Banco Central que sean necesarias para garantizar la “supervivencia” en la oposición de su espacio político.
Esa situación se potencia si el 27 de octubre Horacio Rodríguez Larreta no logra ganar en primera vuelta (necesita superar el 50% de los votos, algo que nadie logró hasta ahora) y hay balotaje en la Ciudad el 24 de noviembre. Cualquier medida que torne más restrictivo el cepo golpearía al electorado de clase media de la Ciudad.
La preocupación a esta altura de Alberto Fernández ya no es el 27 de octubre, sino lo que le espera después. Sabe que cuanto menos reservas “reales” queden el Banco Central el 10 de diciembre menor será el margen de maniobra para la política económica del próximo Gobierno y por lo tanto los grados de libertad para garantizar su propia gobernabilidad.
Hasta el 27 de octubre, salvo un “cisne negro”, la economía transitará por el mismo sendero: con el mismo cepo que desde inicios de septiembre, el BCRA continuará vendiendo reservas para defender un dólar alrededor de los 60 pesos.
Sin embargo, si se ratifica el resultado de las PASO (el escenario más probable), el 28 de octubre se largará una pulseada feroz entre Macri y Alberto Fernández por cómo se llega al 10 de diciembre: qué tipo de cepo (cuántos dólares para atesorar y para el turismo al exterior se autorizan) y qué nivel de tipo de cambio regirán la transición determinarán cuántas reservas quedarán en el Banco Central el día del traspaso de mando.
El FMI también jugará un rol importante en esa discusión. Ahí los intereses de Alberto Fernández y el Fondo será alinearán transitoriamente: cepo más duro o dólar más alto. La prioridad para el FMI también será, por razones obvias, cuidar las reservas.
En octubre, el BCRA está vendiendo reservas a un promedio 95 millones de dólares por día. Evidentemente, Alberto Fernández está muy asesorado y obsesionado con el tema: “Lo único que le pedí al presidente cuando hablé con él es que cuidara las reservas, y pareciera que lo hace adrede porque está perdiendo 100 millones diarios”, había dicho ya la semana pasada.
Entre las PASO y el 30 de agosto, previo al cepo, el BCRA vendió en promedio 146 millones diarios para evitar que el dólar se dispare por arriba de 60 pesos (con 4 días críticos previos al CEPO, con ventas promedio superiores a los 300 millones diarios).
Pero aún con cepo, el BCRA lleva un ritmo de ventas promedio de U$S 70 millones diarios. Entre el 2 de septiembre y la primera semana de octubre, el BCRA acumuló ventas en el mercado de cambios por unos 1.900 millones de dólares.
En el Ministerio de Hacienda dicen que el ritmo de octubre es más alto porque corresponde a la primera semana del mes, cuando se renueva el cupo de compras de 10.000 dólares, pero que después se estabilizará más abajo. Aún así, el ritmo de ventas del BCRA es muy elevado para un Gobierno que anunció el cepo para cuidar las reservas.
Además, si no se recrea la más mínima confianza, sigue latente el peligro de una aceleración de la corrida de plazos fijos de hasta 600.000 pesos (el límite mensual del cepo actual) al dólar.
Según los datos del BCRA, entre el 01/09 hasta el 9/10 (último dato disponible) el stock de depósitos a plazo fijo de más de 1 millón de pesos cayó $ 12.100 millones, un 1,1%. Pero el stock de depósitos a plazo minoristas (menor a 1 millón de pesos) disminuyó en unos $ 45.000 millones. Una reducción del 8,1%. Todavía quedan $ 509.000 millones de depósitos de “pequeños ahorristas”, que tienen la alternativa de correr al dólar oficial.
El riesgo es una mayor presión sobre el dólar y sobre las reservas del Banco Central que Alberto Fernández espera le dejen.
Actualmente las reservas netas o “reales” del BCRA se ubican en unos U$S 13.300 millones. A esos dólares hay que sumarle unos U$S 4.500 millones que quedan de la cuenta para “fortalecimiento de las reservas” que el FMI autorizó echar mano para pagar deuda.
Justo antes de las PASO, las reservas netas ascendían a U$S 18.341 millones. Es decir que cayeron unos U$S 5.000 millones. Mientras que en la cuenta del préstamo del FMI que se suponía que era “intocable” había unos U$S 7.200 millones.
La cuenta del préstamo del FMI se usó para cancelar vencimientos de deuda en dólares y en pesos. Mientras que el grueso de las reservas netas cayeron por las ventas que realizó el Central desde las PASO para evitar que el dólar se disparara todavía más: cerca de U$S 4.000 millones (casi la mitad, como se dijo, aún con cepo).
Descontando los pagos realizados en octubre, todavía hay hasta diciembre vencimientos de deuda en dólares por U$S 4600 millones. Mientras que los vencimientos de deuda en pesos suman otros U$S 4000 milllones. A esa cuenta hay que adicionarle el déficit fiscal primario (antes de intereses) con que cerrará el año.
Buena parte de la deuda en pesos se puede cancelar (como se hizo en octubre) emitiendo pesos contra dólares que el Tesoro le vende al Banco Central de la cuenta que le habilitó el FMI.
Pero aún así los números son ajustados. La ecuación es simple.
Todo lo que el Banco Central venda para controlar el dólar en el mercado cambiario en las 6 semanas entre la elección del 27 de octubre y el 10 de diciembre, achicará los márgenes de maniobra de la política económica del próximo Gobierno.
A su vez, cuanto más incertidumbre se genere en ese período, mayores serán las presiones sobre las reservas del Banco Central, por cerrar más el cepo o por dejar correr al dólar, que dada la inflación de estos meses no sería prudente que llegara a diciembre con una cotización nominal similar a la de agosto.
Cuanto más señales de diálogo y coordinación ofrezcan Macri y Alberto Fernández a partir del 28 O, mejor para todos.
Leer más: Desde el cepo el Banco Central vendió mas de U$S 1.900 millones.
Desde las PASO, las reservas netas cayeron en U$S 5.000 millones.