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Michael Hasenstab, es el Jefe del fondo Global Macro de Templeton, y una de las estrellas del mundo financiero de los Estados Unidos. Media década atrás algunos medios financieros lo llamaron “el próximo Bill Gross”, por la promesa de que podía llegar a ser como uno de los inversores globales más exitosos y fundador de PIMCO.


En 2016, Hasenstab visitó la Argentina y se fue convencido por la historia que le contaron Macri, Caputo y Sturzenegger: en 2019, la inflación iba a bajar a un dígito. Tan convincentes fueron que Hasenstab compró buena parte de la emisión de BOTEs acumulando más de 4 mil millones de dólares.


Dejando de lado que el bono argentino que resultó la peor inversión durante el macrismo se llama BOTE, la apuesta era a una fuerte baja de la inflación. Mientras el mercado se colocaba a corto plazo en LEBACs que rendían más del 25%, Hasenstab puso el dinero de Templeton al 18% a tasa fija y en pesos, a mediano y largo plazo. Si la inflación bajaba al 5%, como prometía Sturzenegger, la apuesta pagaba.


No pasó mucho tiempo para que la realidad lastimara el portafolio de Hasenstab. En 2017, la inflación fue 8 puntos porcentuales mayor que la meta. En diciembre de 2017, Jefatura de Gabinete con Marcos Peña a la cabeza le ganó la pulseada al banco central de Sturzenegger y se subieron las metas y se sentaron las bases para la baja de las tasas de interés. El 28D, así es recordado por los inversores, disparó una mini corrida que luego se profundizaría en mayo y en agosto de 2018. Recientemente, el ex vicepresidente del BCRA, Lucas Llach, reconoció la existencia de esas presiones políticas, cuando Marcos Peña le torció el brazo al monetarismo de Sturzenegger y el banco central bajó las tasas mientras subían las expectativas de inflación, al revés de la receta de libro de texto.


Aún así, Hasenstab agregó más de 2000 millones de dólares de activos argentinos a su portafolio en medio de la crisis de mayo. Nada mejoró. La inflación se aceleró y se duplicó en el trimestre de septiembre, octubre y noviembre. El riesgo país siguió aumentando. Justamente en septiembre de 2018, el peor mes de inflación desde 1991, Hasenstab reiteró su apuesta: “la crisis está pasando” dijo, a pesar de acumular pérdidas de más de 1.200 millones de dólares sólo en activos argentinos.


Ahora, con pérdidas que hoy sólo pueden ser mayores, Hasenstab insistió en un reportaje a Bloomberg: “la Argentina va a liderar el rebote en mercados emergentes en 2019”. El CFO de Templeton espera que Macri sea reelecto: “hizo todos lo deberes”.


¿Qué tan seguro estará? ¿Pondrá más plata? Difícil que sus accionistas y su junta se lo permitan. Pero hablar no cuesta mucho y no es novedad que en Wall Street se ponga la boca en donde está el dinero. Mientras tanto, y contemplando el gráfico de la inflación argentina, Hasenstab ve como sus bonos se derriten.

MM y FS