Con último dato del Indec de actividad correspondiente a mayo, lo más probable es que la economía caiga en el segundo trimestre del año un 3,5%. Y marque el inicio de una recesión que se extendería, como mínimo, aún en los pronósticos oficiales, durante el tercer trimestre. En mayo semejante bajón se explica, en gran medida, por el impacto de la sequía en la producción agropecuaria, pero el frío en la economía, que desató la corrida cambiaria y la devaluación, ya se empieza a sentir en otras actividades, lo que quedará reflejado más claramente a partir de junio.
La consultora Macroview, de Santangelo y Melconián, eloboró, en base a la caida de la actividad del segundo trimestre –que se espera sería la mayor del año– un ranking de recesiones de los últimos tiempos (ver cuadro). Ese ranking lo lidera el derrumbe de la actividad en el cuarto trimestre de 2008 que, tras la crisis con el campo por la resolución 125, disparó la crisis financiera internacional por la caida de Lehman Brothers. Esa recesión se prolongó durante el primer y segundo trimestre de 2009, como consecuencia de la fuga de capitales que gatilló y la sequía que también golpeó a la economía local.
Salvando ese caso, y la caida de la actividad en el segundo trimestre de 2012, en gran parte también por una sequia, es interesante comparar la recesión que recién se inicia con las de 2014 y 2016, dos años pares, sin elecciones en la agenda política, en los que se produjeron sendas devaluaciones. En ambos casos como resultado de los problemas macro locales, sin sequía ni crisis internacional que las originase.
Según el ranking de Macroview, la caida del segundo trimestre de este año será mayor a la contracción de la economía tanto en la recesión de 2014 como en la de 2016. Aunque todavía es prematuro saber cuál será profundidad y duración de la actual recesión. Dependerá en buena medida de si el Gobierno logra reestablecer la confianza y reabre una ventanilla de ingreso de dólares frescos al país, junto a la consolidación de cierta estabilidad cambiaria con una tasa de interés mucho menor a la actual, o si por el contrario la turbulencias y la devaluación continúan.