Después de 17 meses consecutivos de crecimiento, parece haber llegado el freno a la construcción, que en junio no creció respecto de igual mes del año anterior: – 0,1%. Aún así, la actividad del sector todavía se encuentra en el acumulado de los primeros 6 meses del año 10,9% arriba en comparación con igual período del año anterior.
La construcción fue uno de los motores del crecimiento del año pasado, con tasas de expansión durante el último trimestre de 2017 y el primero de 2018 superiores al 20%. Semejante reactivación iba de la mano de la obra pública y del boom de créditos hipotecarios UVA en el sector privado.
Sin embargo, la crisis cambiaria y el ajuste de las cuentas públicas cambiaron radicalmente el panorama. En los primeros 6 meses del año, la obra pública nacional se contrajo 20% nominal respecto de igual período del año anterior, unos U$S 20.000 millones menos sin contar la inflación. Mientras que a partir de mayo, la disparada del dólar y de las tasas de interés golpearon muy fuerte al sector inmobiliario con una notable desaceleración en el otorgamiento de los créditos hipotecarios que en el primer trimestre habían batido récord.
De todos modos, al menos en las estadísticas del Indec, hasta mayo (último dato oficial) el empleo en la construcción no había sentido todavía el cimbronazo. Según las cifras oficiales, en mayo había empleados 451.583 obreros 5,7% más que en igual mes del año pasado. Y en los primeros 5 meses de 2018 la dotación de personal era 7,6% mayor que en el mismo período de 2017. Es probable que a partir de junio y julio que el panorama cambie y empice a registrarse despidos en los números oficiales.
La encuesta cualitativa del Indec a empresas del sector refleja el pesimismo para los próximos meses (ver gráfico). El 45,9% de los consultados dicen que en los próximos meses disminuirán las obras privadas, mientras que más de un 65% prevé que la obra pública seguirá recortándose.