Según el Memorandum de entendimiento firmado entre el Gobierno y el FMI, las reservas netas del Banco Central, al 4 de junio pasado, ascendían a U$S 23.100 millones (ver cuadro). Esos eran los verdaderos dólares disponibles con los que contaba el BCRA hasta la semana pasada para intervenir en el mercado cambiario y evitar una devaluación mayor del peso.
Si la corrida cambiaria continuaba, no era un monto demasiado tranquilizador, teniendo en cuenta que sólo en mayo faltaron U$S 6000 millones, que fueron cubiertos la mitad con ventas de reservas del BCRA y la otra mitad con ventas del Tesoro de divisas depositadas en el Banco Nación.
Se definen a las reservas netas como las reservas totales (o brutas) del Banco Central, menos los pasivos en moneda extranjera contabilizados por las entidad, entre los que se destacan: el swap de monedas con China (U$S 12.351 millones); el “REPO” con el Banco Internacional de Basilea (U$S 2.500 millones); la parte de los depósitos encajados por los bancos en el BCRA (u$s 11.734 millones); y otras obligaciones.
A partir del viernes 22 de junio las reservas brutas del Banco Central se incrementaron en U$S 15.000 millones porque llegó el primer tramo del préstamo acordado con el Fondo. Sin embargo, de esos dólares, U$S 7.500 millones corresponden a fondos del Tesoro depositados en el sistema financiero, que como explicó el Ministerio de Hacienda se irán vendiendo en el mercado a razón de U$S 100 millones diarios durante 75 días hábiles, para mantener la calma en el mercado cambiario, pero también porque el Gobierno necesita pesos para cubrir parte del déficit fiscal. Mientras que los U$S 7.500 millones restantes son divisas que integran las reservas propias del BCRA.
En el Memorandum con el FMI se dice que la meta de reservas netas para fines de junio es de U$S 28.600 millones. Traducido: se acordó con el Fondo que el Central podría usar –vendiendo en el mercado cambiario si fuera necesario—hasta U$S 2.000 millones de los que recibió directamente de Washington. El mismo acuerdo establece que recién a fines de junio de 2019 –dentro de un año—la meta de reservas netas subiría a U$S 30.600 millones, es decir, deberían reponerse los 2.000 millones si fueran vendidos en el camino.
Pasando en limpio, de los U$S 15.000 millones del primer tramo del crédito enviado por el Fondo, unos U$S 9.500 millones (7.500 millones del Tesoro y 2000 millones del BCRA) podrían utilizarse en los próximos meses para mantener estable el dólar. Para este año, el acuerdo establece el desembolso de otros U$S 6.000 millones al Tesoro (ver cuadro): U$S 3000 millones en septiembre y otro tanto en diciembre. Siempre que se cumplan las metas trimestrales (fiscales, monetarias y de inflación) pautadas con el Fondo.