La inflación mayorista” (a la salida de fábrica o el producto importado antes de ingresar a la cadena de comercialización) volvió a acelerarse y llegó al 4,6% en abril, el registro más alto de los últimos 6 meses. El pico anterior había sido en septiembre de 2018 –con una suba del 16%– tras el salto del dólar de 30 a 40 pesos.
En esta ocasión, la aceleración se abril se explica por el salto del 11% del dólar en marzo, que significó una inflación minorista del 4,7% ese mes, pero en el caso de los mayoristas impactó en el mes siguiente.
La lección es simple para el Gobierno: no se puede dejar que el dólar se mueva demasiado en los próximos meses –o al menos que no se adelante a la inflación—porque cualquier salto brusco se traslada directamente a precios en una economía sin ancla en las expectativas.
En la comparación anual, la inflación mayorista acumula a abril un 72,6% anual, en relación a abril de 2018. De nuevo muy cerca del 74% anual que había alcanzado en septiembre pasado y alejándose del piso de 64,5% al cual se había desacelerado en febrero. En el caso de los productos importados, uno de los componentes del índice general, la inflación acumulada alcanza al 93,3% anual, más cerca de la suba del dólar de alrededor de 120% en el mismo período.
Por su puesto, la brecha que existe entre el índice de precios al consumidor (IPC), que marcó un 55,8% anual en abril, y los precios mayoristas, que crecen al 73%, es el límite que le impone la recesión al traslado de los precios plenos del productor o el importador a los consumidores.
Por ahora, la cadena de comercialización estaría absorbiendo parte de los aumentos. Sin embargo, el desfasaje marca que ante cualquier recuperación de la demanda –una vez cerrada las mayoría de las paritarias– las remarcaciones al consumidor podrían tener todavía una dinámica propia.
“La aceleración observada en el índice mayorista podría comprometer la desaceleración que registró el IPC en abril, cuyo aumento fue de 3,4%, frente al 4,7% de mayo”, dice el último informe de la consultora LCG, fundada por Martín Lousteau. Y agrega: “las magnitudes siguen siendo altas, y esperamos que en mayo continúe la tendencia alcista por los eventos de volatilidad que se repitieron a fines de abril. Sin embargo, durante los meses siguientes, es probable que el índice comience a desacelerar en línea con el bajo nivel de actividad de la economía, pero condicionado a que no existan grandes movimientos en el tipo de cambio”, advierte.