La suerte de Facundo Jones Huala empieza a definirse en un clima tenso, pero silencioso. Con un despliegue de las fuerzas federales de Seguridad, movilizaciones y acusaciones cruzadas entre las partes, comenzará hoy a primera hora, en Bariloche, la última audiencia el juicio por la extradición a Chile, que reclama al lonko de la Pu lof en Resistencia, de Cushamen, por el incendio intencional de una vivienda en un campo en el sur de ese país, en 2013, y por tenencia de armas caseras. El marco, poco convencional para un procedimiento judicial, será el gimnasio municipal N 3 de Bariloche. Allí, desde la tarde de ayer se desarrollaba un acampe de organizaciones sociales y comunidades mapuches. “Ni la cárcel ni las balas detendrán la lucha por la recuperación territorial y la autonomía del pueblo mapuche. Rafael (Nahuel) y Santiago (Maldonado) presentes”, decía una de las banderas atadas a las rejas del predio. El perímetro estaba custodiado por agentes de Gendarmería, que junto a PSA y Policía Federal, participa del operativo.
Entre los presentes en el acampe sobresalía la presencia deMatías Santana, el mapuche que declaró haber visto cómo Gendarmería se llevaba a Maldonado el 1 de agosto pasado y que ahora podría afrontar cargos por falso testimonio. También era de la partida Fausto Jones Huala, hermano de Facundo, y uno de los dos detenidos el día en que murió Rafael Nahuel en Villa Mascardi. El juez que lo detuvo y luego lo liberó es el mismo que ahora debe decidir el destino de su hermano: Gustavo Villanueva. “Facundo está bien y está tranquilo, con ganas de seguir luchando. El se va a defender”, expresó María Isabel Huala, la madre del lonko, en las puertas del gimnasio.