Desde mediados de febrero el riesgo país argentino viene en alza. Pasó de 690 puntos básicos a mediados de febrero a 783 el viernes pasado. Este índice, que elabora el banco JP Morgan, refleja la capacidad de repago de la deuda soberana, emitida por los gobiernos. Se mide como la sobretasa de interés que debe pagar un título argentino (o de otro país) sobre lo que paga un bono emitido por el Tesoro de EEUU (el llamado “riesgo cero”, que actualmente tiene una tasa cercana al 3% anual en dólares. Dicho de otro modo, hoy si el Estado argentino quisiera financiarse en el mercado de crédito internacional, para emitir un bono a 10 años en dólares debería pagar casi 8 puntos porcentuales más caro de lo que paga el Tesoro norteamericano. Pero emitir deuda en dólares al 11% anual indicaría una señal de debilidad y desesperación que seguramente detonaría más el riesgo país. Ante esta realidad, el Gobierno busca cubrir este año los vencimientos de deuda con el préstamo del FMI y sólo emite deuda en dólares en el mercado local a un plazo máximo menor a 1 año.
Por eso la importancia del indicador el riesgo país, como termómetro de la "confianza" de los inversores en el futuro económico y político. Lo particular en la evolución del índice es que desde fin del año pasado Argentina venía en línea con un grupo de países con similares tasas de riesgo entre los cuales estaban Ucrania, Ecuador y Egipto. Sin embargo, a partir de mediados de febrero el índice argentino “se cortó solo”. Subió casi 100 puntos, mientras que el resto de los países “achicaron” su riesgo crediticio o experimentaron aumentos marginales, insignificantes (como es el caso de Turquía). En contraposición con Argentina, desde entonces, Ucrania, Ecuador, y Egipto continuaron reduciendo su “riesgo país” (ver gráfico). Para leer las causa de por qué, tras el "veranito financiero", el mercado volvió a incorporar un riesgo propio de Argentina ver acá.
