Según los últimos datos del Indec, el costo de la canasta de pobreza en enero volvió a dispararse, con un aumento del 3,7% y así acumula en los últimos doce meses (enero 2018/enero 2019) un impresionante 55,8%. A enero, de acuerdo a las cifras oficiales, la inflación general fue del 49.6%.
Las fuertes remarcaciones de precios en alimentos (fundamentalmente carne y lácteos) volvieron acelerar la inflación de los pobres, que desde octubre se mueve a un ritmo superior al 50% anual. En enero, para no ser pobre, una familia tipo (matrimonio y dos hijos) necesitaba 26.443 pesos de ingreso familar. Esto es, 9.469 pesos más que en enero de 2018 (cuando la canasta costaba 16.974 pesos). Dicho de otro modo, el costo de la canasta de la pobreza se incrementó en un año el equivalente a una jubilación mínima (que en enero era de 9.309 pesos).
Es interesante observar la evolución de la canasta de la pobreza en relación al salario mínimo. En enero de 2017, el salario mínimo vital y móvil cubría el 60% de la canasta de pobreza. En 2018, el 56%. Mientras que en enero pasado el salario mínimo (11.300 pesos) apenas llegaba a costear el 42,7% de la canasta de la pobreza.
Semejante salto de los precios de la canasta básica anticipan un gran salto de los niveles de pobreza en todo el país cuando el Indec difunda el próximo 28 de marzo los datos correspondientes al segundo semestre de 2018. Las cifras del primer semestre ya habían registrado una suba –todavía moderada—al 27,3% del total de la población, teniendo en cuenta que la inflación y los precios de la canasta comenzaron a acelerar en mayo/junio, tras la devaluación.
