El riesgo país argentino aumenta, mientras baja en países con riesgo similar: Ecuador, Ucrania, Egipto

el-riesgo-pas-argentino-aumenta-mientras-baja-en-pases-con-riesgo-similar-ecuador-ucrania-egipto-2019-03-10

En las últimas tres semanas, el riesgo país argentino escaló fuerte. Tras conocerse los malos datos de inflación de enero (con la tasa de interés tocando mínimos de 44%) sumado a las encuestas electorales, Argentina comenzó a alejarse de países con riesgo similar: Ecuador, Ucrania, Egipto, donde en las últimas semanas el riesgo incluso bajó. Es un indicador que marca la “sensación térmica” de la incertidumbre que reina en los mercados con Argentina, la gestión Macri y el escenario electoral.
  Desde mediados de febrero el riesgo país argentino viene en alza. Pasó de 690 puntos básicos a mediados de febrero a 783 el viernes pasado. Este índice, que elabora el banco JP Morgan, refleja la capacidad de repago de la deuda soberana, emitida por los gobiernos. Se mide como la sobretasa de interés que debe pagar un título argentino (o de otro país) sobre lo que paga un bono emitido por el Tesoro de EEUU (el llamado “riesgo cero”, que actualmente tiene una tasa cercana al 3% anual en dólares. Por eso este indicador es clave para saber cómo está “el humor” de los inversores en el país y la confianza de cara al futuro económico y político.
   Desde fin del año pasado Argentina venía en línea con un grupo de países con similares tasas de riesgo entre los cuales estaban Ucrania, Ecuador y Egipto. Sin embargo, a partir de mediados de febrero el índice argentino “se cortó solo”. Subió casi 100 puntos, mientras que el resto de los países “achicaron” su riesgo crediticio o experimentaron aumentos marginales, poco significativos. En contraposición con Argentina, desde entonces, Ucrania, Ecuador, y Egipto continuaron reduciendo su “riesgo país” (ver gráfico).
   Más allá del cambio en el clima financiero internacional, tras el “veranito de enero”, el mercado está incorporando un riesgo propio de Argentina. A mitad del mes pasado se conoció el índice de precios de enero, que arrojó una tasa de inflación de 2,9%, mayor a la prevista por los analistas. Este dato se plasmó en las expectativas de inflación del REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA) que se elevaron de 29% a 31,9% para el 2019. En ese momento la política monetaria venía aflojándose, con el Banco Central comprando dólares, emitiendo pesos y la tasa de interés en baja del 60% a un piso del 43,9% el 14 de febrero pasado. En ese punto empezó a despertarse el dólar, lo cual obligó al Banco Central a transitar, nuevamente, un sendero de suba de tasas para frenarlo.
   Por último, están las encuestas electorales que dan una paridad entre el oficialismo y el kirchnerismo. Una buena dosis de incertidumbre que, para algunos, puede adelantar el proceso de dolarización de ahorros típico de todos los períodos prelectorales en los últimos años. La inflación que continua muy alta (arriba de lo esperado), la recesión que se extiende en el tiempo y un política economía que no logra resultados en el corto plazo, hacen que el riesgo político se anticipe al cronograma electoral.