El próximo gobierno necesariamente tendrá que avanzar con un plan de estabilización para combatir a la inflación. Uno de los condicionamientos que tiene la economía es que no hay dólares en el BCRA y existe un stock de pesos en la economía muy elevado (incluida la deuda en pesos). La situación se agrava si consideramos los pasivos en dólares que se acumularon en el último año (deuda comercial de importadores y swap con China), especialmente para “compensar” el impacto de la sequía sin corregir al dólar oficial. Adicionalmente, en los últimos días se conoció el fallo de YPF con un costo de U$S 16.000 millones. La herencia de 2024, en términos de pasivos en dólares, prácticamente equivale al préstamo tomado con el FMI.
Sin dudas gane quien gane la elección de octubre tendrá que aplicar un plan de estabilización. Es clave contar con reservas en el BCRA para estabilizar. Sin embargo, los números están en rojo y las estimaciones sobre el nivel de reservas netas es de U$S 8.000 a U$S 10.000 millones en negativo. El stock de pesos en pasivos remunerados del Banco Central es de $20 billones y si le agregamos la base monetaria ($6,5 billones), el total de pasivos monetarios del BCRA asciende a $ 26,5 millones. Equivalente a u$s 34.600 millones de dólares al dólar contado con liquidación.
Comparativo de herencias 2015, 2019 y 2023. Dólares y pesos en BCRA
Una gran diferencia en las herencias que recibieron los últimos gobiernos es el nivel de reservas netas del BCRA. En diciembre de 2015, las reservas netas estaban en rojo (-1.500 millones de dólares). Según nuestras estimaciones, en base a la información del BCRA, Macri entregó un Banco Central con más de 11.500 millones de reservas netas. Actualmente, pese a tener una mega ingreso de dólares por cobro de exportaciones durante el mandato de Alberto Fernández (U$S 262.800 millones), las reservas netas se ubican en los u$s 4.700 millones en terreno negativo. Es decir, cayeron más de U$S 16.200 millones. Y la estimación para fin de 2023 es que superen los u$s 8.000 /u$s 10.000 millones en negativo.
Por otra parte, el stock de pesos está en niveles muy elevados. En diciembre de 2015, el stock de pasivos remunerados (leliqs y pases) era de solo $ 320.000 millones equivalente al 5,6% del PBI. Durante la gestión de Macri, el stock se incrementó fuertemente alcanzado a casi 11% del PBI, previo a la “corrida de 2018”. Posteriormente, sufrió una licuación por la aceleración inflacionarias y cerró en 5,4% en diciembre de 2019 ($ 1,1 billón de pesos). Actualmente, el stock de pasivos remunerados es de 20 billones de pesos (11,6% del PBI) y rinde una tasa de interés 118% anual (tasa nominal anual). Es decir, una tasa de interés efectiva de 209,4%. El stock de pasivos remunerados genera el equivalente a la base monetaria en solo 4 meses.
Otra herencia es la deuda en pesos, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, los vencimientos en pesos de los primeros 4 meses de 2024 equivalen a $9 billones (más de u$s 12.000 millones).
A la escasez de dólares hay que sumarle la deuda que acumuló el BCRA y el Tesoro Nacional en el último año. Desde junio de 2022 a julio de 2023, el nivel de importaciones devengadas supera a las importaciones pagadas. Según nuestras estimaciones, ya se acumularon más de u$s 17.500 millones de deuda comercial. Y es probable que acumule otros 2.500 / 3.000 millones hasta fin de año.
Adicionalmente, el Gobierno ya “consumió” el primer tramo del swap con China por u$s 5.000 millones. Por esa vía logro mantener un nivel de importaciones elevado, el segundo más alto desde 2003 para los primeros 8 meses del año (u$s 44.676 millones), pese al derrumbe de las exportaciones por la sequía (por más de u$s 20.000 millones). Y mantiene negociaciones para poder activar el segundo en la previa electoral. Es decir, potencialmente la deuda generada por la utilización del Swap con China alcanzará los u$s 10.000 millones.
Por último, se conoció el fallo de la jueza Loretta Preska sobre la expropiación de YPF por el cual la República Argentina deberá pagarle U$S 16.000 millones de dólares al fondo Burford por haber expropiado de manera indebida las acciones de YPF (que pertenecían a la petrolera Repsol y al grupo Eskenazi).
En resumen, la próxima administración tiene una herencia muy pesada en el arranque de 2024 en materia de deuda en dólares y pesos, con un balance de BCRA totalmente desequilibrado. Si sumamos los pasivos en dólares del BCRA y del Tesoro Nacional efectivos y contingentes el monto adeudado supera los U$S 38.500 millones y podría elevarse a u$s 46.000 millones. Equivalente al préstamo con el FMI.