Una de las variables claves a seguir a medida que nos acercamos a las elecciones legislativas es la evolución del stock de depósitos en plazos fijos en pesos. El stock de plazos fijos privados es de casi 3,2 billones de pesos, equivalente a u$s 18.800 millones a la cotización de los “dólares alternativos”. En julio pasado el rendimiento de los depósitos a plazo fijo tradicionales con tasa mínima le empataron a la inflación, después de perder sistemáticamente la carrera contra los precios durante los 9 meses previos. Mientras que el stock del plazo fijo UVA (que ajustan por inflación) comenzó a caer después del “boom” del primer semestre.
El mes de septiembre puede ser un mes de quiebre en el juego tasa de interés vs. inflación (mensual). Según los números del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) elaborado por el BCRA la inflación de los próximos 3 meses estará por debajo del 3% mensual (septiembre 2,7%, octubre 2,7% y noviembre 2,8%) y de mantenerse la tasa de interés mínima para los plazo fijos en 37% anual (3,04% mensual), el plazo fijo tradicional (en pesos) ganará la carrera contra los precios.
Sin embargo, al compararlo contra el movimiento de los dólares alternativos y el “dólar libre” el resultado podría darse lo contrario. De hecho, entre mayo y julio el “dólar libre” subió 20,3% ( 4,7% en mayo, 7% en junio y 7,4% en julio) y los plazo fijos en pesos a la tasa mínima acumularon un rendimiento de 9,4% en ese período. Es decir, los ahorristas que se mantuvieron en plazo fijo tradicional tuvieron una perdida en dólares muy importante.
Actualmente, hay 3,2 billones de pesos (u$S 18.800 millones ) en depósitos a plazo fijo del sector privado. Si una parte significativa intentase cubrirse en moneda dura por la incertidumbre política en la previa a las elecciones legislativas, podrían aumentar notablemente la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los “dólares alternativos” en blanco (dólar bolsa y contado con liquidación) y en el mercado informal (blue). Eso obligaría al BCRA a intervenir fuertemente, sacrificando reservas y bonos en cartera, para controlar a la “brecha cambiaria”, y derivaría en una nueva crisis cambiaria.
En el último mes se observó un fenómeno particular, los depósitos a plazo fijo que ajustan por inflación –plazo fijo UVA- comenzaron a estancarse y luego a caer, tras el descenso en la tasa de inflación mensual tras haber tenido un “boom” en el arranque de 2021.
Durante el primer semestre de 2021 , los plazo fijo UVA tuvieron un “boom” y se dispararon un 205%. Mientras que en ese mismo periodo los plazo fijos tradicionales solo subieron un 26% .Prácticamente, estos últimos, se mantuvieron constantes en términos reales (descontando la inflación).
En los últimos 2 meses, se revirtió ese comportamiento. Tras la publicación del IPC que muestran un lento proceso de “desinflación” – julio dio 3% y el REM proyecta 2,7% mensual para agosto- , El stock de los plazo fijo UVA comenzó a desacelerar y solo subió 3,6% (entre 01/7 y 26/8-último dato oficial). Mientras que los plazo fijo tradicionales subieron un 8,3%, ambos en términos nominales.
En las últimas semanas directamente los plazo fijo UVA están cayendo en términos nominales. Es decir, los ahorristas no están renovándolos. Optando por un plazo fijo tradicional, o directamente se dolarizan (en “dólares alternativos” o “dólar libre”)
Ahora, si analizamos la evolución de los depósitos a plazo fijo mayoristas y minoristas (menores a un millón de pesos), se observa que en el primer semestre de 2021, los depósitos a plazo minoristas (+20,8%) subieron más lento que los plazo fijo mayoristas (+34,9%) crecieron fuertemente, en términos nominales.
Los depósitos a plazo fijo tradicionales desde noviembre que no tienen una suba en la tasa de interés mínima: está fija en el 37% anual (3,04% mensual).
Particularmente, en lo que va de agosto (último registro de 27/8) los depósitos a plazo fijo minoristas solo subieron 1,1%. Mientras que los mayoristas subieron a 5,7%. El stock de depósitos minoristas está creciendo muy por debajo de la inflación y se mantiene prácticamente “frenado” (en $800.000 millones ) desde mediados de julio pasado (ver gráfico).
Los ahorristas de este segmento no están renovando el 100% de los depósitos. Es clave seguir monitoreando la evolución de los depósitos a plazo, más aún a medida que se aproxima la fecha de las elecciones legislativas.
Del total de los depósitos a plazo fijo en pesos, el 80,4% están colocados en plazos entre 30-59 días (en la previa al Covid-19 era 70%). Es decir, a muy corto plazo y la mayor parte está concentrado en manos de inversores mayoristas (72% del total).
A medida que se acerquen las elecciones, es lógico (según lo que muestra la historia en elecciones anteriores) que se acelere el proceso de dolarización de ahorros, ahora por fuera del cepo . Una tasa de plazos fijos que solo “empate” con la inflación (mensual) puede que no alcance para evitar un proceso de dolarización. Habrá que ver cómo siguen los datos de inflación y qué medidas estará dispuesto a llevar adelante el Banco Central bajo ese escenario.