Dinámica de mercado en la era Milei: salarios reales bajos y desempleo bajo

Los datos del mercado laboral muestran un fenómeno que empieza a consolidarse: el empleo resiste, pero los salarios no terminan de recomponerse. Tanto las cifras del INDEC como las proyecciones del REM del BCRA indican que la tasa de desempleo continúa baja y se mantendría estable. Sin embargo, para los trabajadores la sensación dominante sigue siendo la misma: llegar a fin de mes es cada vez más difícil.

La aceleración de la inflación de octubre (2,3% mensual) y las estimaciones de noviembre ponen un freno a la recomposición salarial en el corto plazo. ¿Salarios bajos y desempleo bajo serán una constante del programa de Milei?

Salarios bajos

Tomando tres indicadores salariales del sector privado —RIPTE, salarios SIPA y el Índice de Salarios del INDEC— se observa la secuencia típica del programa de estabilización: un ajuste inicial profundo, seguido por una recuperación significativa pero aún incompleta.

 Desde noviembre de 2023 (base 100), el RIPTE cae hasta 80,8 en febrero de 2024 y luego se recompone rápidamente hasta un máximo de 105,4 en julio. Sin embargo, desde ese pico vuelve a retroceder dos meses consecutivos hasta 104,2, mostrando que la mejora perdió impulso en el margen. En el caso de los salarios SIPA, la trayectoria es similar: parten de 100 en noviembre de 2023, descienden hasta 89,7 en marzo de 2024 y luego avanzan hasta 104 en agosto de 2025, completando la recuperación del shock inicial.

El Índice de Salarios privados registrados del INDEC muestra el mismo patrón: cae de 100 (noviembre 2023) a 87,9 en marzo de 2024 —una baja del 10,3%— y desde abril inicia la recomposición real hasta alcanzar 99,3 en agosto pasado. Esto implica una suba de 13,1% desde el piso, aunque sin superar todavía el nivel previo a la corrección del programa. En síntesis, los salarios formales recuperaron casi toda la caída, pero todavía se ubican levemente por debajo del punto de partida de la gestión, lo que explica por qué la sensación social sigue siendo la de “los salarios que no alcanzan”.

La comparación luce muy disímil si tomamos al Índice de Salarios Públicos (incluye Nación, provincias y municipios). Los salarios públicos cayeron 14% desde el inicio de la gestión de Milei hasta el mes de agosto de 2025. Con un nivel en un mínimo de 78,1 para el mes de enero de 2024 (equivalente a una caída de 21,9%).

El desempleo no se disparó en 2024 y se estabilizó en niveles bajos en 2025

Los datos del Indec y del REM (relevamiento de expectativas de mercado) del BCRA aportan otro enfoque del problema. El consenso del mercado espera que la desocupación se mantenga contenida.

Para el tercer trimestre de 2025 se proyecta un 7,5%, con una baja a 7,2% hacia fin de año. El arranque de 2026 mostraría un rebote estacional a 7,8%, pero el promedio anual vuelve al eje de 7,1–7,2% de desocupación abierta. Es decir, no se anticipa un deterioro del empleo, aun con actividad moderada y salarios reales rezagados.

Pero esta estabilidad tiene una contracara: se sostiene en una estructura ocupacional más fragmentada, con mayor peso de empleos de baja productividad, sub-ocupados o tercerizados. Así, puede haber desempleo bajo, pero ingresos insuficientes, algo que explica la desconexión entre indicadores macro y percepción social.

La dinámica del mercado laboral muestra que, pese al ajuste y la recesión, la tasa de desocupación abierta tuvo movimientos significativos, pero sin desbordes. En 2023 la desocupación venía en baja: tocó un piso de 5,7% en el tercer y cuarto trimestre, el nivel más bajo del ciclo reciente. Con el inicio del programa económico de Milei y el impacto pleno de la corrección de precios relativos, la desocupación saltó a 7,7% en el primer trimestre de 2024 y se mantuvo en niveles elevados (7,6% en el segundo).

A partir del tercer trimestre de 2024 comenzó una corrección a la baja, con 6,9% y 6,4% en el cuarto trimestre. Sin embargo, el rebote económico inicial no alcanzó para sostener la tendencia: en el primer trimestre de 2025 la desocupación volvió a subir a 7,9% y en el segundo trimestre se ubicó en 7,6%, reflejando un mercado laboral que resiste, pero todavía presionado por la debilidad de la actividad.

La pérdida de empleo se concentra en construcción y la industria

La industria y la construcción son los sectores que reflejan las mayores pérdidas de empleo registrado. Los factores que incidieron en esta dinámica son el freno total en la obra pública nacional y en el caso de la industria el impacto de la apertura comercial con un tipo de cambio “atrasado” implicó gran parte de la pérdida de puestos de trabajo.

Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 el empleo asalariado privado registró una fuerte contracción, con la construcción en el primer puesto: perdió más de 62.700 puestos, concentrando más del 45% de la caída total.

También hubo retrocesos significativos en textiles y confecciones (-14.256), otros servicios (-14.420), metal-mecánica (-12.442), transporte (-8.660) y  en el caso de  hotelería y restaurantes (-7.940).

Salarios en dólares

Medidos en dólares, los salarios argentinos muestran un rebote muy marcado desde el piso de fines de 2023, pero aún se ubican muy lejos de los niveles que supo tener el sector privado entre 2016 y 2017. En esos años había remuneraciones extraordinariamente altas en términos internacionales: entre USD 1.300 y USD 1.500 mensuales tanto para el RIPTE como para el salario promedio SIPA. Fue el “techo histórico” previo a la crisis cambiaria de 2018, cuando esa capacidad adquisitiva en dólares comenzó un derrumbe acelerado: las paritarias empezaron a correr por detrás de la inflación y el salto del tipo de cambio pulverizó salarios que, en menos de un año, pasaron de USD 1.400 a apenas USD 800/900.

En ese marco, los salarios en dólares llegaban muy deteriorados al comienzo del programa de Milei. En noviembre de 2023, el RIPTE medido al dólar financiero apenas alcanzaba USD 505, mientras que el salario promedio SIPA se ubicaba en USD 591.

Desde entonces, la combinación de desaceleración inflacionaria, recomposición salarial y apreciación del tipo de cambio libre produjo una recuperación intensa: en septiembre de 2025 el RIPTE trepó a USD 1076 (+113% frente al inicio del programa), mientras que el salario SIPA de agosto/25 llegó a USD 1.331 (+125% vs noviembre/23). Pero aun con esta mejora muy significativa, la comparación histórica es contundente: los salarios actuales siguen por debajo de los picos de 2017/2018, cuando el RIPTE superaba los USD 1.450, y el salario promedio SIPA rozaba los USD 1.500.

En resumen, el mercado laboral muestra una paradoja que empieza a instalarse: el desempleo sigue bajo y contenido, pero los salarios reales no logran recomponerse del todo, especialmente en el sector público. La recuperación parcial convive con una estructura productiva más frágil, pérdida de empleo en sectores clave (trabajo intensivo como la construcción e industria) y un poder adquisitivo que avanza a un ritmo muy lento frente a las expectativas sociales.