“El tipo de cambio está por encima de un nivel de equilibrio”, dijo el flamante ministro de Hacienda, Hernán Lacunza en su primera conferencia de prensa.
El titular del Banco Central fue en la misma dirección: “Hay un consenso amplio de que el tipo de cambio está en niveles competitivos y eso nos permite estar más confiados a la hora de intervenir en el mercado cambiario. El Banco Central usará todas las herramientas necesarias para que el tipo de cambio no abandone el rango de precios en el que se movió la semana pasada, evitando una excesiva volatilidad que genere incertidumbre sobre los inversores y los ahorristas”, aseguró.
Esas fueron las únicas definiciones de los dos hombres a cargo de la política económica. No hubo sorpresas, ni anuncio de medidas.
¿Por qué Lacunza y Sandleris creen que el Banco Central podría defender el dólar en estos niveles? ¿Una banda teórica alrededor de los 60 pesos? Veamos.
Para saber cuán caro o barato está hoy el dólar, basta comparar con período anteriores. Para ello la se utiliza el concepto de dólar real a valores de hoy: traer la cotización de cualquier momento del pasado adicionándole la inflación trascurrida en el período.
El “salto” anterior del dólar había sido en medio de la crisis cambiaria de septiembre pasado, cuando el dólar voló de los 30 pesos hasta 40 pesos en el mayorista y 42 pesos en el minorista. Pero en promedio ese mes de septiembre fue 39,30 pesos. Ese dólar equivaldría hoy a un dólar de unos 54/55 pesos.
Hasta las PASO, era el dólar más alto de la administración Macri, en plena espiral cambiaria en septiembre del año pasado, cuando llegó de urgencia el “segundo programa” del FMI y el entonces titular del BCRA, Luis Caputo, fue eyectado de su puesto por orden de Washington por tratar de frenarlo vendiendo reservas.
Hoy el dólar alrededor de 60 pesos está por arriba de ese pico. Sin embargo, este nivel de “dólar real” durará poco si, como se anticipa, la inflación de agosto ronda el 5% y la de septiembre puede superar el 7%. De ahí que aún suponiendo que el dólar a 60 pesos fuera de “equilibrio”, debería acompañar la inflación en los próximos meses para no quedar rápidamente atrasado.
De hecho, ese sería el mensaje que transmitió el propio Sandleris a Alberto Fernández antes de que el candidato saliera el jueves a decir que el valor del dólar a 60 pesos era “razonable”.
Como dijo Sandleris, la idea sería utilizar reservas evitar la “volatilidad”, es decir nuevos saltos del dólar, pero con el objetivo de que el dólar acompañe –desde atrás—la evolución de los precios. Evitar la “volatilidad” es esencial para frenar una corrida de los depósitos en pesos al dólar y la salida de los depósitos en dólares del sistema (Ver acá: “En sólo 3 días salieron 1200 millones de los bancos y no se renovaron plazos fijos en pesos por 35.300 millones”).
Es decir que de ahora en más se buscaría no repetir lo que se intentó hacer durante la campaña electoral de las PASO. Desde septiembre hasta las PASO y en especial en los últimos meses de la campaña, el Banco Central utilizó el dólar, junto con la tasa de interés, como ancla de la inflación, buscando potenciar la expectativa de un triunfo de Macri. El dólar real cayó alrededor de 45 pesos en el verano y se mantuvo en ese nivel hasta el viernes previo a las PASO (ver cuadro). Dicho en otros términos, mientras desde septiembre la inflación acumuló hasta julio más de 40 por ciento, el dólar había subido menos de 15%.
Suponiendo que se pudiera estabilizar en términos reales, un dólar a 60 pesos es prácticamente el doble que el dólar atrasado que dejaron en diciembre de 2015 Cristina y Kicillof: ese dólar de 9,80 pesos en el oficial traído a valores de hoy (aplicándole la inflación desde entonces) sería un dólar de 30 pesos actuales.
Mientras que el dólar de Sturzenegger de diciembre de 2017 –también muy atrasado después de la elección legislativa de ese año—de unos 18 pesos en aquel momento equivaldría a un dólar de 33 pesos hoy.
Para tener un idea de comparación, el dólar real promedio de Néstor Kirchner entre 2003 y 2006 a valores de hoy sería un dólar de más de 72 pesos (el dólar de 3 pesos de entonces traido a hoy aplicándole la inflación del período y restándole la inflación de Estados Unidos).
Ese dólar real “recontraalto”, que impulsó fuertemente las exportaciones y dio competitividad a la producción nacional en una economía con alto desempleo y baja inflación, es imposible de alcanzar en la actualidad. Por más que el dólar nominal superara ese valor, la velocidad del ajuste de precios licuaría rápidamente la devaluación real y abriría la puerta a una espiralización de la carrera precios-dólar.