En mayo último la compra de dólares billete para atesorar (neta de las ventas) llegó a U$S 1.130 millones. Es un dato algo menor a las compras de abril, cuando el dólar todavía inquieto después del saltito de marzo, habían alcanzado U$S 1.277 millones. En ambos casos, son valores muy inferiores a los que se dispararon el año pasado cuando estalló la crisis cambiaria.
De hecho, en mayo de 2018, fue el mes pico de compra de dólares billetes con un máximo de U$S 3439 millones. Después continúo en un promedio de alrededor de U$S 2.200 millones mensuales hasta que en septiembre el salto del dólar ya a 40 pesos y la tasa de interés del 74% frenó la demanda a unos U$S 1200 millones y luego se mantuvo en el último trimestre del año en niveles níminmos de menos de la mitad (ver gráfico).
Según el informe “Informe de la Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario” del BCRA, en mayo pasado hubo 1.070.000 personas que compraron dólares. Un 1% menos (10.000 personas menos) que en mayo de 2018, cuando se desató la crisis cambiaria y el atesoramiento se disparó.
La gran diferencia entre mayo pasado y el mismo mes de 2018 es que en aquel momento los grandes inversores (con compras mayores de U$S 50.000) eran los que salían de las Lebacs -e instrumentos en pesos- y se posicionaban en dólares billete.
Por eso concentraban el 27% del volumen de las compras de dólar billete del mes (23% entre 50.000 y U$S 500.000 y 4% más de 500.000). El mes pasado, en cambio, los “grandes jugadores del mercado” solo tuvieron una participación del 14% en el total de compras (entre 50.000 y U$S 500.000 el 11% del total, y más de U$S U$S 500.000 el 3%).
En realidad, con la salida de Lebacs, esos grandes inversores ya se habían anticipado a los minoristas en la compra de dólares desde febrero de 2018: ese mes representaron el 30% del total, en marzo el 31% y en abril llegaron el 33% del total de operaciones.
Visto desde los compradores minoristas o más pequeños (compras de hasta U$S 10.000 en el mes), en mayo de 2018 representaba solo el 45%, mientras que desde septiembre del año pasado no bajan del 60% –con picos de casi el 70%– y el mes pasado fueron el 63% del total de las operaciones.
Dicho de otro modo: los ahorristas más pequeños llegaron tarde a la corrida, pero desde entonces mantiene una mayor desconfianza en el peso.
Si desde que el dólar se fue a los 40 pesos el atesoramiento de dólares billetes es bajo es porque hay pocos pesos en los bolsillos (la inflación licuó la capacidad de ahorro y la duplicación del precio del dólar la capacidad de ahorrar en dólares) y tampoco hay crédito para que parte de esos pesos puedan terminar también comprando dólares. A su vez, las altísimas tasas de interés en pesos son un atractivo para grandes y pequeños ahorristas.
Turismo en el exterior
En mayo, el déficit por turismo en el exterior (los dólares que gastan los argentinos en el exterior menos los dólares que traen los extranjeros al país) fue de U$S 498 millones, un 42% menos que en mayo del año pasado. Vale señalar que el déficit aumentó en 103 millones de dólares respecto a abril (U$S 498 millones vs U$S 394 millones).
Antes de la megadevaluación del año pasado, el déficit por turismo de argentinos en el exterior se había estalado en un promedio superior a los U$S 800 millones mensuales.
Si observamos la dinámica de la compra de dólares, sumando atesoramiento y turismo, en mayo de 2018 la demanda de dólares acumulada en los últimos 12 meses llegaba a un record de U$S 31.588 millones anuales, mientras que en mayo último el acumulado anual –en los 12 meses previos— había caído a U$S 19.270 millones.
El ajuste de las cuentas externas se dio “por las malas” con devaluación, recesión y fuerte apretón monetario con tasas de interés en pesos exorbitantes. El derrumbe de las importaciones, del turismo en el exterior y el atesoramiento son los resultados esperados de ese ajuste.