Trump y China meten presión al "plan aguantar" el dólar 4 días hábiles más hasta las PASO

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Fue un “lunes negro” en los mercados financieros del mundo, y Argentina, que es una “hoja al viento” con sus propias debilidades, sintió más el impacto. A la devaluación del yuan, la moneda china y los dichos de Trump que acusó al gigante asiático de manipular su moneda, se sumó la“dolarización electoral”, típica en los días previos de toda elección en el país.

   Así, mientras que en la mayoría de los países de la región el dólar subió entre 1 y 1,5% (en Brasil, por ejemplo, escaló 1,4%), en Argentina saltó casi 2%: cerró en 45,49 pesos en el mayorista, y en 46,68 pesos en el minorista. Además, el riesgo país se disparó 8,6% hasta los 904 puntos básicos, borrando de un saque la baja que había tenido hasta mediados de julio.
 
   Trump es protagonista “en las buenas y en las malas” para nuestro país. Probablemente sin la ayuda del primer mandatario estadounidense, Argentina no hubiese obtenido el mega-préstamo del FMI por 57.000 millones de dólares. Hoy, en cambio, el anuncio de que elevará todavía más los aranceles contra China y las presiones a la propia Reserva Federal para que baje más las tasas de interes, puso presión sobre la estabilidad de todos los países emergentes, y en especial la Argentina. 

   El incremento de la incertidumbre global hace que los capitales fluyan a comprar bonos del Tesoro norteamericano y se retiren masivamente de los países emergentes. El llamado “vuelo a la calidad”: prefieren un activo seguro de bajísimo rendimiento (ayer la tasa del bono del Tesoro a 10 años rendía 1,8% anual) antes que tentarse con activos financieros de mayor rentabilidad, pero también mayor riesgo.

   A solo 6 días de la PASO, Argentina fue uno de los mercados más castigados .

    El Banco Central tuvo que usar la artillería disponible para que el dólar no tenga un salto disruptivo. Primero, intervino vendiendo dólares en el mercado de futuros: según estimaciones de mercado, ya lleva vendidos alrededor de 2000 millones en las últimas semanas, y tiene la autorización del FMI de ampliar sus ventas en ese mercado a 6.600 millones hasta septiembre.

   Segundo, volvio a subir la tasa de interés de las Leliqs (Letras de Liquidez del BCRA) a casi 62%, cuando hace apenas dos semanas esa tasa apuntaba a perforar el piso del 58%.

    Tercero, el Tesoro Nacional vendió los U$S 60 millones diarios del préstamo del FMI, como viene ocurriendo desde mediados de abril. Y finalmente, también como en los últimos días, el Banco Nación vendió dólares en el mercado cambiario.

   Por las dudas, para dejar claro que más allá de la tormenta externa hoy es prioridad para el Gobierno evitar un salto adicional del tipo de cambio, cuando quedan sólo 4 días hábiles para las PASO, desde el Banco Central avisaron que esa artillería podría completarse en los próximos días, de ser necesario, con la venta de dólares cash de las reservas. 

    Hoy, además, las reservas del Banco Central cayeron en U$S 519 millones de dólares. No porque el Central haya vendido dólares en el mercado cambiario, sino por la devaluación del yuan (casi 2%), ya que un tercio de las reservas son yuanes el swap con China. Y como esa porción de las reservas están valuadas en dólares, cada vez que el yuan se devalúa frente al dólar, eso impacta en un reducción de las reservas medidas en dólares.

   En los próximos días, más allá del contexto internacional, el Gobierno intentará mantener cierta calma en el mercado cambiario. Aunque en el Central admiten que cuando hay una salida masiva de capitales de la región, vender dólares tratando de frenar al dólar puede ser interpretado como una señal de debilidad y por eso hasta ahora prefirieron moderar la tendencia, con la suba de la tasa de interés y la intervención en el mercado de futuros.

   El interrogante es qué pasará a partir del lunes, el día después de las PASO. La apuesta oficial es que el resultado electoral coincida con lo que trasmitió la Casa Rosada a los principales bancos de inversión: que Macri quedaría a lo sumo 3/5 puntos abajo de los Fernández. Un escenario que podría “dar vuelta” en octubre.

    Sin embargo, si la diferencia es mayor, seguramente la dolarización se aceleraría, y el camino hasta el 27 de octubre sería mucho más complicado de lo que algunos imaginaron en el Gobierno. Si el Banco Central debe empezar a vender reservar para controlar el dólar, se abriría un nuevo escenario: la tasa de interés subiría aún más, la tensión cambiaria impactaría en la inflación y el consumo, y se retomaría nuevamente la discusión con el Fondo Monetario sobre el uso de las reservas.

    Por algo, el propio Macri dice ahora que en la elección del domingo próximo “se juega el camino” para llegar a octubre.