El Gobierno festeja 1,5% de inflación en mayo y ratificó el plan para sumar dólares

A la vez que festejan el 1,5% de inflación de mayo, por debajo de los pronósticos de las consultoras privadas, en el equipo económico apuestan a aumentar las reservas para acercarse a la meta con FMI, pero garantizándose un esquema de dólar planchado que consolide la desaceleración de precios. El Gobierno en el corto plazo está cruzado por un trade off entre “desinflación” y acumular dólares en el BCRA. En las primeras semanas tras la salida del cepo priorizó la desinflación. Pero el FMI y el mercado le exigen un mayor nivel de reservas.

El FMI porque el nivel de reservas están U$S 4.000 millones por debajo de las metas acordadas. El mercado refleja en el riesgo país arriba de 600 puntos no sólo el riesgo político sino también no haber cumplido con la expectativa de fuertes compras de dólares del Banco Central durante la temporada alta de liquidación de la cosecha gruesa.  Por eso, ahora el Gobierno reconoce que busca sumar reservas, aunque por una vía diferente a la compra de dólares, emitiendo pesos, dentro de las bandas cambiarias, como estaba establecido en el acuerdo con el Fondo.

El BCRA y el Ministerio de Economía anunciaron un paquete de medidas con dos objetivos: sumar dólares al balance del Banco Central y fortalecer el control de los agregados monetarios. Es la estrategia para llegar a la elección de octubre: sumar reservas vía emisión de deuda, mantener la calma cambiaria y profundizar el proceso de proceso de desinflación.

Medidas anunciadas:

Fortalecimiento de reservas

1.Licitación de títulos públicos con suscripción en dólares

2.Colocación de repos en dólares con bancos internacionales

Control de agregados monetarios

1.Recompra de puts sobre títulos del Tesoro

2.Nueva serie del BOPREAL (Serie 4)

3.Fin de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI)

4.Ajustes en la política de encajes bancarios

¿Se generaliza el BONTE 2030?

La medida anunciada por el Gobierno apunta a profundizar el esquema de financiamiento en pesos con ingreso de dólares, replicando la lógica de la licitación del BONTE 2030.

Se habilitarán licitaciones de títulos públicos que podrán suscribirse directamente en moneda extranjera, con un tope mensual de U$S 1.000 millones. El menú de instrumentos que ofrecerá el Tesoro Nacional será amplio: incluirá bonos a tasa fija, ajustados por CER, TAMAR, dólar linked y hard dollar, todos con vencimientos superiores a un año.

Una novedad relevante es la eliminación del parking obligatorio de seis meses para no residentes. Es decir, los inversores extranjeros podrán participar en la licitación, vender su posición en el mercado secundario y luego demandar dólares vía MULC (oficial) sin restricciones. Esto mejora la liquidez del instrumento y lo hace más atractivo para fondos del exterior, pero también abre la puerta a una mayor volatilidad cambiaria en caso de salidas rápidas.

Por ahora, el riesgo luce acotado: las tenencias de bonos en pesos en manos de no residentes apenas alcanzan los USD 1.700 millones, según estimaciones a mayo, cuando en diciembre de 2017, previo a la crisis de la gestión Macri llegaban a U$S 25.000 millones. Sin embargo, si el programa de colocaciones en dólares avanza a un ritmo de USD 1.000 millones mensuales, en siete meses el stock en manos extranjeras podría multiplicarse. Con eso, también crecería la exposición a shocks externos o movimientos especulativos que presionen la brecha cambiaria.

El objetivo es canalizar dolares financieros de inversores locales y extranjeros hacia el financiamiento del Tesoro. Al mismo tiempo que se fortalecen las reservas del Central sin necesidad de intervención directa en el mercado de cambios.

 A esta medida se le agrega la operación Repo por U$S 2.000 millones que permitirá incrementar las reservas líquidas del BCRA.  El nuevo repo se realizó con 7 bancos internacionales. La tasa cerró en SOFR + 4,5% (fija del 8,25% anual en dólares). Esto es 55 puntos básicos por debajo de la colocación de enero de 2025 (8,8% anual en dólares).  Esta operación, con vencimiento en abril de 2027 dentro del mandato de Milei, apunta a dos objetivos: engrosar las reservas netas y reducir el riesgo país. No obstante, el FMI dólo deja computar de esta operación U$S 500 millones para las reservas netas según figuara en el acuerdo firmado con el Gobierno.

Menos riesgo de “emisión contingente” y fin de las LEFI

En el frente monetario, el BCRA continúa con el desarme de pasivos contingentes y avanzó en la eliminación total de los puts sobre bonos del Tesoro, un instrumento “heredado” de la gestión anterior que finalizó en diciembre de 2023.

Estos contratos funcionaban como una especie de seguro de liquidez para los bancos: si los títulos públicos caían de precio, el BCRA se comprometía a recomprarlos, asumiendo así un riesgo potencial de emisión monetaria. Su eliminación marca un paso importante en el saneamiento del balance del Banco Central y en el fortalecimiento del nuevo régimen monetario basado en agregados.

También se confirmó que se dejará de emitir LEFI desde el 10 de julio, reemplazándolas por LECAPs con cotización en mercado secundario. Este cambio implica la consolidación de un régimen basado exclusivamente en agregados monetarios, sin tasa de referencia explícita. El Central intervendrá solo si lo considera necesario para garantizar la estabilidad del mercado.

En resumen, el Gobierno acelera la acumulación de reservas (en el sentido contrario al discurso previo) como condición clave para sostener la estabilidad cambiaria y cumplir con las metas del FMI. El nivel actual de reservas netas está alrededor de USD 4.000 millones por debajo de lo acordado, lo que obliga a acelerar medidas de corto plazo como los Repo con bancos internacionales y la colocación de bonos en pesos suscribibles en dólares (hasta U$S 1.000 millones por mes). El cumplimiento del programa con el FMI no solo es relevante para evitar tensiones institucionales, sino que también actúa como señal de disciplina para el mercado. En ese sentido, la mejora en el stock de reservas ayuda a reducir el riesgo país, que sigue por encima de los 600 puntos. Esta claro que no todo es riesgo político (“Riesgo Kuka”), como afirma el presidente Javier Milei.

El desafío es lograr ese equilibrio en los próximos meses, sin reactivar presiones inflacionarias ni abrir flancos de volatilidad financiera. La hoja de ruta está trazada: sumar reservas, mantener la brecha contenida y consolidar el esquema de agregados monetarios como ancla nominal. Todo esto ocurre en un contexto donde la desinflación es el principal activo político del Gobierno de cara a las elecciones de medio término.