La liquidación de “agro-dólares”, entre enero y agosto de 2020, fue un 12,4% más baja que la del mismo período del año pasado. Por una cuestión estacional en septiembre la liquidación de dólares del complejo sojero-cerealero es significativamente menor a los meses previos. Esto dificultará la estabilización cambiaria a pesar de haber cerrado el acuerdo en la renegociación de la deudo con acreedores privados.
Según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), los primeros 8 meses de 2020 cerraron con una liquidación del complejo cerealero 12,4% menor que el mismo periodo del año pasado (USD 13.346 millones vs USD 15.238 millones). Es la liquidación de agro-dólares más baja desde el año 2009.
El promedio de los últimos 5 años (2015-2019) se ubicó en 15.909 millones de dólares para los primeros 8 meses del año, un 19,2% mayor a la actual.
En agosto la liquidación de agro-dólares llegó a u$s 1.743 millones. Es decir, un 22,6% por debajo de lo liquidado en agosto de 2019. A razón de 87 millones de dólares por día hábil.
Sin embargo, en agosto, pese a liquidación de divisas del agro, el BCRA registró ventas de dólares récord en la gestión de Alberto Fernández por u$s1.133 millones (hasta el 27/08) para abastecer la creciente “dolarización” de ahorros.
Por la incertidumbre en la negociación de la deuda y la disparada de la brecha cambiaria, aumentó desde abril fuertemente la demanda de dólares. En julio hubo 3.900.000 de compradores de “dólar solidario” (oficial más impuesto PAIS) por un total de u$S 753 millones .Y el mes pasado se estima que fueron más de 4.000.000 los compradores del cupo de u$S 200 mensuales.
El mes de septiembre con el canje de deuda con legislación local y extranjera ya efectivizado y con la presentación del proyecto de Ley de Presupuesto 2021 y negociación de la deuda con el FMI en marcha, la incertidumbre macroeconómica disminuirá. Con ello se espera que cedan las expectativas de devaluación.
Sin embargo, como se dijo, por una cuestión estacional, también bajará la liquidación de agro-dólares. Entre los años 2015 y 2019, la liquidación de divisas del complejo sojero-cerealero promedió u$s 75 millones diarios en septiembre. En tanto, baja a u$s 70 millones diarios en octubre y a u$s 61 millones en noviembre. Es decir, vienen meses de “sequía” de agro-dólares .
Así que en el corto plazo es difícil que el BCRA vuelva a comprar dólares en el mercado de cambios y que bajen las presiones sobre el tipo de cambio oficial.
Debemos recordar que los productores argentinos de cereales venden su cosecha en pesos. Los que liquidan los dólares son las grandes empresas exportadoras de primer nivel mundial que operan en la Argentina. Por ello, puede haber un desfasaje entre lo que venden los productores y lo liquidado por las multinacionales cerealeras.
Además, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los “dólares alternativos” de 75%/80% -que refleja las expectativas de devaluación del mercado-, incentiva a los productores agropecuarios a retener los granos a la espera de un dólar más alto en el futuro.
Por ello, en lo que resta de 2020 el Gobierno necesita más certidumbre sobre el rumbo económico para que cedan las expectativas de devaluación y así evitar la retención de divisas de los exportadores.
Además, la brecha cambiaria “alienta” a las empresas importadoras a adelantar el pago de las importaciones .Por ello, hay un desfasaje entre la evolución de las importaciones pagadas y las importaciones registradas en el INDEC .
Según el informe de Evolución de mercado de cambios del BCRA, en julio el pago de importaciones de todos los sectores fue de u$s 3.467 millones, un 17,6% más que en el mismo mes del año pasado (u$S 2.948 millones) . Mientras que las importaciones registradas por el INDEC en el mes de julio cayeron 30,1% por efecto de la pandemia y la cuarentena , respecto a julio de 2019.
En resumen, el BCRA enfrenta un desafío duro de intentar “controlar” la cotización del dólar en un período de menor liquidación de “agro-dólares” (menor oferta de divisas) y una demanda por atesoramiento en alza. Por ello, es necesario que cedan las expectativas de devaluación para que pueda estabilizar la cuestión cambiaria y evitar una profundización de la crisis.
Para ello es necesario bajar la incertidumbre macroeconómica, probablemente ajustar más rápido la cotización del “dólar oficial” y evitar un escasez mayor de reservas netas en el BCRA.
Esto implica que el Gobierno presente el presupuesto 2021 y un sendero fiscal consistente a mediano plazo (período 2022-2024), mientras negocia con el FMI la refinanciación de la deuda por por u$s 44.000 millones.