En el año 2020 por el impacto de la pandemia y la cuarentena dura, la asistencia del BCRA al Tesoro Nacional fue récord y superó los 2 billones de pesos. En el primer semestre de 2021, el BCRA fue muy “prudente” y sólo emitió $ 330.000 millones para “cubrir el agujero fiscal”. En el segundo semestre la emisión del BCRA se aceleró y ya alcanzó a 1,2 billones de pesos (2,8% del PBI). Las partidas del gasto público que elevaron el déficit fiscal primario (antes del pago de intereses) fueron principalmente los subsidios económicos, jubilaciones y pensiones, y los salarios públicos. Paradójicamente, el tan anunciado “Plan Platita” no generó un desborde fiscal y monetario, sino que finalmente fue un “paquete” bastante acotado.
En 2020 hubo una mega emisión de pesos del BCRA para “cubrir” el déficit fiscal. Las cuentas fiscales cerraron con un rojo de 6,5% .Y el BCRA emitió pesos por 7,3% del PBI .Ya que además del cubrir el déficit primario, fue necesaria la asistencia de la autoridad monetaria para cumplir con las obligaciones de deuda en pesos del Tesoro Nacional.
Para 2021 el déficit fiscal fijado por el Presupuesto Nacional era de 4,5% del PBI. Sin embargo, Martín Guzmán aplicó un fuerte ajuste en la primer parte del año. Así, en el acumulado de los primeros nueve meses del año cerraron con un déficit fiscal primario equivalente a 1,3% del PBI ($567.500 millones).
Tras la derrota en la PASO el oficialismo anunció que iba a acelerar el impulso fiscal, el famoso “Plan Platita”, para intentar “achicar” la diferencia en las elecciones de noviembre.
Sin embargo, pese a los grandes anuncios de medidas en términos monetarios el “plan platita”, en concreto, fue “mucho ruido y poca plata”.
Hasta el momento lo compromisos “extra” que afrontó el fisco nacional por el “Plan Platita” representan solamente el 0,25% del PBI: unos 108.000 millones de pesos.
Entre las medidas anunciadas y propuestas por el Gobierno antes del 14-N están las siguientes: Incremento al salario mínimo vital y móvil que ajustó automáticamente el monto de algunos planes sociales (como “Potenciar Trabajo”), “Jubilación anticipada” (para personas con más de 30 años de aportes registrados, que estén a 5 años o menos de la fecha de jubilación), Programa “registradas” (que tiene que por objetivo formalizar el trabajo de las empleadas domésticas), aumento de asignaciones familiares , suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias (cuarta categoría) y monotributo gratuito (a 3 millones de trabajadores).
Por el momento no hubo ni bono “extra” a jubilados y pensionados, y tampoco el “promocionado” cuarto IFE de 15.000 pesos Ambas medidas “brillan por su ausencia”.
Pese a que el impulso fiscal electoral fue muy austero. La maquinita del BCRA siguió emitiendo pesos. Así, entre julio y octubre de 2021, la asistencia del BCRA al Tesoro Nacional fue de 982.700 millones de pesos (equivalente a 2,4% del PBI)
Esto se debe a algunas partidas del gasto público que estuvieron retrasadas respecto a la inflación en el primer semestre, comenzaron tener un mayor dinamismo en la segunda parte del año. Se incrementó el déficit fiscal y se acudió a la emisión del BCRA para cubrir el agujero fiscal.
Veamos cuales fueron las partidas que mayor incremento tuvieron en el tercer trimestre del año (julio-septiembre) respecto del primer semestre del año.
En el cuadro se observa que el gasto promedio en “Prestaciones Sociales” (que incluye Jubilaciones y Programas sociales) pasó de $385.400 millones por mes durante el primer semestre del año a $ 447.600 millones mensuales en lo que va del segundo semestre (con datos oficiales hasta setiembre) . Es decir, solo por ese ítem se gastan $62.200 millones más por mes.
En el caso de los subsidios económicos, en la primer mitad del año alcanzaron los $82.900 millones mensuales y en lo va de segunda parte del año se dispararon a $146.663 millones (promedio mensual). Es decir, $63.740 millones extra por mes.
En tanto, los “Gastos de Funcionamiento” (que incluyen a los salarios públicos) pasaron de $99.300 millones a $142.050 millones – mensuales-. Es un salto equivalente al 43% de un semestre a otro.
En resumen, el “grueso” del aumento de la emisión monetaria del BCRA en el segundo semestre de 2021 está lejos de responder al “Plan Platita”. Más que nada se explica por el incremento en partidas del gasto público que ya tenían una aceleración fuerte en el arranque del año como los “subsidios económicos” (producto del congelamiento tarifario y elevados precios internacionales de la energía). A las partidas del gasto que se ajuste por la fórmula de movilidad previsional (jubilaciones y AUH), que tuvieron su mayor aumento en septiembre, y salarios públicos, que reabrieron paritarias con aumentos del orden del 45%, en cuotas, desde julio.