Tras cuatro meses de negociaciones –desde la primer propuesta- el Gobierno cerró un acuerdo con los bonistas privados en dólares (legislación extranjera), tenedores de más de u$S 66.000 millones de deuda argentina. El canje de deuda -con alta adhesión- es la condición necesaria para despejar las probabilidades de un agravamiento de la crisis económica y de tener un dólar e inflación explosivos para la segunda mitad de 2020. El próximo paso para dar más previsibilidad a los agentes económicos es la presentación de un plan económico integral (fiscal y monetario).
Los rumores sobre el “deal” entre el Gobierno y bonistas se reflejaron en un mercado bursátil eufórico. Las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street treparon más de 12%. Y los principales bonos soberanos en dólares subieron cerca de 4%. En tanto, el riesgo país se desplomó un 6,6%, cerrando en 2.119 puntos básicos.
Finalmente, el ministro de Economía, Martín Guzmán, recibió la orden del presidente Alberto Fernández para acercar posiciones con los grandes fondos de inversión (liderados por Black Rock) que pretendían 3 dólares extra por sobre la última oferta (la cuarta) realizada por el Gobierno desde fines de abril a solo 24 horas del cierre del plazo legal (4 de agosto) para renegociar la deuda.
La última propuesta de Argentina fue de 53,5 dólares por lámina de 100 dólares nominales de bonos. El acuerdo, según un comunidado oficial en la madrugada del 4 de agosto, terminó con un valor presente neto de u$s 54,8 por cada 100 bonos.
Si tenemos en cuenta que la primer propuesta del Gobierno fue de solo u$s 39 (cada 100 bonos), hubo un incremento de 40,5% entre la primer versión presentada por Guzmán y la propuesta del acuerdo final. Un cambio fundamental en las características de la deuda original es que el cupón de renta –promedio- que pasó de un 7% anual a solo 3,4% anual. Es decir que Argentina logró bajar a la mitad los intereses –en línea con el costo de financiamiento de los países emergentes mejoer calificados– que pagará entre 2021 y 2047 y de ahí surge todo el ahorro previsto en el acuerdo: poco más de U$S 30.000 millones en los próximos 27 años.
Las principales modificaciones entre la cuarta propuesta y ultima versión acordada con el frente de bonistas son : 1) las fechas de pago – que se adelantaron a los meses de enero y julio (en vez de marzo y septiembre)-; 2) el adelantamiento del vencimiento del bono que se utilizará para reconocer los intereses corridos devengados. En vez de vencer en el año 2030 , el bono expirará en el año 2029 y 3) la limitación a la estrategia Pacman – que consiste en ir haciendo canjes parciales secuenciales para lograr las mayorías necesarias en el canje de deuda-.
El acuerdo de la deuda del Gobierno con los bonistas evita -en el corto plazo- un salto en la brecha cambiaria y “alivia” la presión sobre el dólar oficial. Además, descomprime el riesgo país y abre la posibilidad de financiamiento para empresas argentinas que tienen obligaciones de deuda por aproximadamente u$S 16.000 millones .
Este el primer paso para ir normalizado a una macroeconomía muy golpeada por la pandemia y las medidas de aislamiento. Y deberá ser continuado por un plan macroeconómico integral (fiscal y monetario) conjuntamente con el arreglo de la deuda con el FMI por u$S 44.000 millones.