¿La economía de Javier Milei puede frenarse?

Tras el “piso” en la actividad de abril de 2024 y una recuperación muy rápida y dispar en el segundo semestre del año pasado, el nivel de actividad alcanzó un máximo en febrero de 2025. El rebote económico estuvo motorizado por el agro, minería y el consumo de bienes durables, impulsado por el combo de crédito privado sumado a dólar estable. Sin embargo, de cara al segundo semestre de 2025, aparecen varios riesgos que podrían frenar la continuidad del rebote y limitar la velocidad de crecimiento.

En los últimos meses, la economía argentina mostró señales de una recuperación sostenida. Según el estimador mensual de actividad económica (EMAE), en abril de 2025 se registró un crecimiento de 7,7% interanual, mientras que en la comparación desestacionalizada frente a marzo la suba fue de 1,9%, consolidando un rebote muy marcado de la economía real.

La recuperación se apoyó principalmente en dos grandes motores: el consumo de bienes durables y las exportaciones de sectores clave.

Por un lado, el crédito privado a menores tasa de interés y un dólar estable incentivaron la compra de bienes durables (motos, autos e inmuebles) lo que impulsó el consumo interno. Y por el lado externo, el sector agropecuario, la minería y la energía fueron los más dinámicos, consolidándose como los principales generadores de divisas y actividad.

 En contrapartida, otros rubros quedaron rezagados en el proceso de recuperación. La construcción, la industria y el consumo masivo mostraron avances más moderados y se mantienen aún por debajo de sus niveles pre-crisis. Esto explicado por la lenta recuperación y perdida de poder adquisitivo en los ingresos reales, especialmente de jubilaciones, salarios informales y del sector público. También impacta la apertura de la economía y el “boom” de importaciones que está afectando al sector industrial . En el caso de construcción, juegan en contra la combinación de elevados costos en dólares y el ajuste fiscal en la obra pública.

Existen 4 riesgos de cara al segundo semestre en materia de actividad.

  1. DESACELERACION DEL CREDITO PRIVADO
  2. SUBA DEL DÓLAR OFICIAL
  3. ESTANCAMIENTO DE LOS INGRESOS REALES
  4. ADELANTO DE LA VENTA DE LA COSECHA DEL AGRO

Desaceleración del crédito privado:

El gráfico muestra con claridad cómo el crédito al consumo tuvo un fuerte impulso entre mayo y septiembre de 2024, con un pico del 16,4% en agosto. Desde entonces, se observa una desaceleración sostenida: el crecimiento mensual real se fue moderando mes a mes, cayendo a solo 2,5% en junio de 2025. Este enfriamiento refleja el impacto de las altas tasas reales, la lenta remonetización en pesos de la economía e ingresos reales que no aumentan a un ritmo importante ( o directamente se estancan o caen) . Esto último, ya se refleja en un aumento en la morosidad de familias y empresas en los créditos. En otras palabras, el crédito, que había sido un motor clave de la recuperación, empieza a perder fuerza.

Dólar empieza a subir

En el segundo semestre, hay varios factores que se reflejaran en una menor oferta de dólares en el mercado de cambios. La estacionalidad en la liquidación del agro en la segunda parte del año es menor a los primeros 6 meses. Este año se agrava este efecto por la suspensión en la rebaja de retenciones al agro (soja y maíz), que implicó un adelantamiento de aproximadamente U$S 4.500 millones de dólares en la liquidación de divisas. Por otra parte, el balance energético disminuye en el invierno por incremento en la importación de gas (especialmente). Además, se espera una mayor demanda de dólares en la previa electoral y de turismo en el exterior (en julio). La combinación de estos factores implica una presión al alza en el mercado de cambios en la segunda parte del año. Esto le puede dar un impulso a la inflación y afectar a la economía real.

Los ingresos reales no recuperan

Si bien la economía empezó a recuperarse tras tocar fondo en abril, el rezago en la recomposición salarial sigue siendo un punto crítico para sostener el consumo interno.

Según el Indice de Salarios del INDEC, el salario registrado privado en abril/25 está 0,6% por encima del nivel de nov/2023. Sin embargo, el salario público está 14,7% abajo y el salario informal (que tiene 5 meses de rezago) está 1,2% abajo del nivel de noviembre de 2023. Es decir, es muy heterogénea la situación para determinar si se recuperó el poder adquisitivo.

El Gobierno intentó marcar un “techo” de 1% mensual en  las paritarias para poder romper a la inercia inflacionaria . Así, hubo acuerdos paritarios con aumentos en línea con la pretensión del Gobierno, pero le adicionaron en algunos casos sumas fijas no remunerativas al incremento. 

Las últimas paritarias cerraron con subas modestas: entre 1 % y 1,8 % mensual más sumas fijas que van de $25.000 a $60.000. Comercio, Construcción y Camioneros acordaron el 1 % más $40.000 o $45.000 de suma fija. Sanidad logró 1,5 % y $60.000; Call Centers y Turismo hasta 1,8 % con montos similares; y los metalúrgicos apenas 1,1 % y $25.000. En todos los casos, los aumentos siguen corriendo detrás de la inflación.

En tanto, la mayor parte de los  Jubilados y pensionados que cobran el haber mínimo más el bono de $70.000 ( fijo), continúan perdiendo contra la inflación. Si tomamos la jubilaciones de julio de 2025 están 5% por debajo del nivel de noviembre de 2023 y  3,7% por debajo del nivel de junio de 2024 .

El agro ya adelantó su aporte

El agro fue un gran dinamizador en el segundo trimestre, principalmente por la rebaja de retenciones y el adelantamiento de ventas. Sin embargo, ese efecto fue temporal: concentró ingresos via derechos de exportacion y actividad entre abril y junio, dejando un vacío para el resto del año. Transporte, servicios logísticos y cadenas indirectas también sentirán el impacto de un agro que ya no traccionará como antes.

En resumen, con un agro que ya jugó su carta, ingresos reales aún deprimidos o con una recuperación muy lenta  y un crédito que pierde fuerza, la economía enfrenta un segundo semestre más desafiante. La suba del dólar y una eventual presión inflacionaria pueden frenar el rebote. La recuperación sigue, pero con señales de enfriamiento. Mantener el ritmo será cada vez más difícil, a menos que ingresen fuertemente dólares a la economía: ya sea del colchón, inversión directa o inversión financiera. Pero para eso, claro, hace falta un shock de confianza, que reduzca sustancialmente el riesgo país, algo que el propio Gobierno admite que no se logrará hasta que no se retifique su fortaleza política en octubre en las urnas.