Durante el primer bimestre del año el BCRA suele funcionar en modo “aspiradora”, retirando gran parte de los pesos en el circulante, producto de la emisión monetaria que realiza en diciembre. En diciembre, vale recordar, por una cuestión estacional, se concentra la mayor cantidad de obligaciones de pagos del Fisco (aguinaldos , bonos de fin de año y deuda).
Sin embargo, este año prácticamente el circulante de pesos no varió (cayó sólo $4.700 millones). Y no solo eso, sino que la base monetaria continúa creciendo y acumula un incremento de $35.000 millones en 2020.
Si tomamos desde el 10 de diciembre al 11/02 (último dato disponible), la base monetaria se expandió en 288.000 millones de pesos. Un incremento del 17%.
A esta situación debemos agregarle que tras el dato de inflación, de 2,3% enero, el titular del BCRA , Miguel Pesce, decidió bajar nuevamente la tasa de interés de la Leliqs a 44% anual -desde el 48% previo-.
El apuro por bajar la tasa de interés cuando todavía no hay datos que confirmen una baja sistemática de la inflación, junto con la emisión sostenida de pesos y la caída estacional de la demanda de dinero en febrero, es una combinación peligrosa para la brecha cambiaría.
Por eso, un punto clave a monitorear en las próximas semanas es cómo evolucionan la cotización de los “otros dólares” (paralelo, contado con liquidación y dólar bolsa) y dónde se ubica finalmente la brecha cambiaria (la diferencia entre dólar oficial y otros dólares), que hoy ronda en 34/35%. Es una brecha cambiaria todavía “baja” si no se estabilizan las expectativas, se cierra exitosamente la renegociación de la deuda y se recupera la demanda de pesos en la economía.