La venta masiva de reservas (U$S 2100 millones en 3 días) para contener al dólar sólo se explicaría por la obsesión del Banco Central por mostrar en mayo una fuerte desaceleración de la inflación. En el Central lo niegan. Dicen que el impuesto a las Lebacs que empieza a regir desde hoy llevó al desarme de cartera de especuladores extranjeros, y que no había por qué convalidar un salto en el tipo de cambio, después de la suba ocurrida durante el verano.
Veremos cómo sigue la película. Pero es difícil encontrar otra justificación razonable cuando sube la tasa de interés en Estados Unidos; casi todos los países de la región devalúan sus monedas; y un café o un sándwich con gaseosa dentro del edificio del Fondo Monetario en la la calle 19, cuestan más barato que en un bar de la avenida Corrientes.
Además, hay polémica por el seguro de cambio que el Central les otorgó vendiendo una gran cantidad de reservas y evitando que el dólar subiera ante la fuerte demanda de los fondos especulativos para salir de las Lebacs.