Los últimos datos del Indec de desocupación y empleo no muestran, por ahora, una tendencia tan definida como el derrumbe del salario real, que es la principal causa del salto de la pobreza en el segundo semestre de 2018. Sin embargo, ya hay señales preocupantes.
Según el Indec, en el tercer trimestre de 2018, la desocupación llegó al 9%, frente al 8,3% en igual período del año pasado (siempre se debe comparar así), y al 8,5% del tercer trimestre de 2016. Es decir que es la tasa de desocupación más elevada para un tercer trimestrre de la gestión cambiemos.
No obstante, este aumento de la desocupación no se explica por destrucción de empleo. La tasa de empleo aumentó del 42,4% de la población al 42,5%. De hecho, según las cifras exactas del Indec, que releva la encuesta permanente de hogares en 31 aglomerados urbanos del país, en el tercer trimestre se crearon 128.000 empleos respecto a igual período del año anterior. (Esa es la cifra exacta sobre una poblacion relevada de 27,8 millones de personas, después se suele proyectar ese número al total país).
Pero el aumento de la desocupación se explica porque en el mismo período se incorporaron al mercado laboral 238.000 personas. Aumentó la tasa de actividad (del 46,3 al 46,7%), la cantidad de personas que ingresaron al mercado laboral, es decir, que salieron a buscar trabajo, se supone por la necesidad de consiguir ingresos adicionales para el presupuesto familiar ante la disparada de la inflación. Según el Indec, el mayor aumento en la tasa de actividad se da entre las mujeres (de 30 a 64 años).
De ahí que en la medición oficial haya 110.000 desocupados más en el tercer trimestre de 2018, respecto a igual período del año anterior. En los 31 centros urbanos relevados por el Indec la desocupación alcanzaba a 1.168.000 personas.
Vale recordar que el Indec considera desocupadas a aquellas personas que no tienen empleo, pero que al mismo tiempo lo buscan activamente. En cambio, aquellos sin trabajo que no buscan empleo son considerados "inactivos". La suba de la explicación en esta útima medición se explica por aquellos que no estaban ocupados, pero ahora buscan trabajo ante la caida del ingreso real de los hogares.
El dato más alarmante que surge de las estadísticas del Indec es la composición de los nuevos empleos.
Como destaca el informe de la consultora LCG, de los 128.000 nuevos ocupados, más del 60% son empleados "monotributistas", cuentapropistas, se supone en su mayoría en trabajos precarios (ver esquema). Y solo el 31% son empleos asalariados formales. El resto son asalariados no registrados o en negro.
Cruzando estos datos con los del SIPA (Sistema Previsional Argentino), el mayor aumento de empleo registrado tiene que ver con el servicio en casas particulares (+4,3% en el último año); mientras que la industria lidera los ajustes de personal (-2,8%).
El informe del Indec apunta en el mismo sentido. La industria manufacturera sigue recortando su plantel de trabajadores y pierde peso en el total del empleo: pasa de 11,5% a 11,1% en el último año. "Como contrapartida, las actividades que experimentaron un incremento en su peso relativo dentro de la estructura de rama de los ocupados fueron la construcción y el servicio doméstico en las cuales la proporción de ocupados aumentó en 0,3 puntos porcentuales (aumentan de 9,2% a 9,5% y de 7,4% a 7,7%, respectivamente", afirma el Indec.