Ayer en 678, el programa ultraoficialista de Canal 7, la TV Pública, la colega Sandra Russo, a quien conozco hace muchos años de Página/12, y era un medio independiente que denunciaba la corrupción del menemismo y no un órgano de militancia oficialista como es hoy, me adjudicó ser operador del macrismo. Creo que estaba ahí Alberto Pérez, jefe de Gabinete de Scioli, que ahora participa junto con Scioli de 678, y Sandra Russo, no sé cuál era bien el argumento, pero me adjudica ser un operador del macrismo.
La verdad que no da para contestarle a periodistas que hace dos meses lo mataban a Scioli y hablaban barbaridades del candidato del oficialismo y hoy hacen ultraoficialismo con Scioli, con Cristina, todos juntos en la mesa de 678.
Pero me parece que refleja un poco la desesperación, si se quiere, cómo la campaña presiona sobre todos: sobre todos los que están puestos de alguna manera para ser órganos de difusión no solo de las ideas propias, sino en demolición de las ideas del adversario político. Y en el medio caemos de los periodistas que hablamos de todos, y cómo juega la oposición y cómo Clarín y cómo Diego Gvirtz y los militantes de 678.
No sé si se habrán enojado porque contamos las panquequeadas de 678 cuando lo mataba a Scioli, cuando lo consideraba el candidato de los fondos buitre y demás, y jugaban a full con Randazzo y ahora Randazzo es un paria del oficialismo y Scioi es el idolo y está ahí a sus anchas y lo aplauden. Y ayer estaba ahí Alberto Pérez que no dijo nada, que bien sabrá quién es quién dentro del periodismo. Me imagino. O si gana Scioli tendrá también un 678, y si gana Macri tendrá un 678, y Massa también.
En fin, hablando de periodismo en 678.