“Más de la mitad de la provincia de Buenos Aires está para votar un cambio. Pero, ¿se ha articulado la coalición política para que esa mitad de la Provincia pueda votar y producir el cambio? Ésa es la pregunta. La Provincia no tiene segunda vuelta: por un voto te quedás con la gobernación. Como se ha articulado la política en la provincia de Buenos Aires, la oposición corre el riesgo de que el oficialismo a lo mejor con el 40, 41 % de los votos termine ganando por un voto. En las intendencias, también pasa lo mismo. Si hubiera segunda vuelta, se podría plantear otra hipótesis: el segundo y el tercero en la segunda vuelta se van a juntar. Me parece que la estructuración de la oposición corre el riesgo de no darle a más de la mitad de los bonaerenses que quieren votar por el cambio, el canal político respectivo. En el caso de la Provincia, los votos de la oposición se dividen entre Vidal y Solá; mientras que a nivel nacional, entre Massa y Macri.
Las PASO funcionan como una pre-elección: generan expectativas y efectos políticos. Si Scioli, por ejemplo, saca 40 puntos va a ser una victoria; si queda en un número como 35 y Macri queda 2, 3 puntos por debajo, va a ser una victoria para el PRO. Esa diferencia va a generar un efecto político que no decide nada, pero sí contribuye a crear un clima político. Me parece que la diferencia va a ser el gran tema”.
