A 40 años del golpe, que abrió paso a la dictadura más sangrienta de la historia nacional, vivimos un día histórico. Desde todos los sectores políticos, incluidos el actual gobierno que no tenía mucha historia en defensa de la lucha de los derechos humanos, coincidieron en esa consigna que guía la democracia argentina: “Nunca Más”.
A esto se sumó la condena del Presidente de los Estados Unidos Barack Obama, cuestionada por “light” y por el papel que jugó su país en los años setenta, pero igualmente significativa. Las palabras de Obama confirman desde el exterior que el juicio a los represores y que el lema de “ni olvido, ni perdón” representan una política de estado firme más allá de cuál sea el gobierno de turno.
Es difícil moverse y hablar en contra de los juicios a los represores y del avance a fondo en la construcción de la memoria y el castigo a los genocidas. Esta idea masifica el valor de la democracia y va más allá de cualquier color político.
A 40 años del golpe decimos Nunca Más.
