El frente abierto entre el ministro de Justicia y Elisa Carrió por el caso AMIA sigue sumando capítulos y ruido. Germán Garavano agrandó ayer la grieta con la aliada estratégica de Mauricio Macri al desestimar el reclamo de la diputada y de su partido, la Coalición Cívica, por retirar las acusaciones contra los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio por encubrimiento del atentado a la mutual judía.
"Es un problema de la doctora Carrió. Puede pedir mi juicio político. Cualquiera puede pedirlo cuando quiera", aseguró el ministro en declaraciones a radio con Vos. “Lo que hizo el ministerio fue ratificar al abogado que estaba interviniendo en el juicio, que era lo que jurídicamente correspondía hacer", agregó Garavano, y remarcó que en su cartera están "muy tranquilos en ese sentido".
Desde el espacio de Carrió le contestó con dureza el diputado Juan López, estrecho colaborador de la líder de la Coalición Cívica. “Lamento mucho las declaraciones del ministro, que parecen una bravuconada propia de otros tiempos. Ni Carrió ni la Coalición Cívica tienen un problema, tenemos demasiado claro lo que pasó y sólo esperamos tener un ministro a la altura de los tiempos de cambio y justicia que nos exige nuestro electorado”, dijo López
Las controversias provocaron la renuncia de Mariana Stilman, abogada de confianza de Carrió, como asesora de la Unidad AMIA, quien coincidía con la postura del jefe de ese organismo, el radical Mario Cimadevilla sobre la necesidad de mantener la acusación contra los ex fiscales. Stilman será ahora nombrada jefa de despacho de Carrió en la Cámara baja. La discusión también provocó una crisis con Cimadevilla, quien tendría los días contados en su cargo.