Mauricio Macri se subirá hoy a un Jumbo de Lufthansa con destino a Frankfurt y de ahí -en otro avión- a Moscú. Será el inicio de la gira que lo llevará luego a Davos (Suiza) y París. Como compañeros de viaje, el Presidente llevará a tres gobernadores justicialistas, de los que el gobierno considera “amigos”. Subirán al avión Juan Manuel Urtubey (Salta), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Hugo Passalaqua (Misiones). Además de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno porteño. Lo de “amigos” merece una explicación. Los mandatarios formante parte de la lista de 10 gobernadores opositores con los que “hay que llevarse bien” según sugirió Macri a su gabinete. El trato amigable es en reciprocidad a que esos gobernadores ayudaron a que se aprobaran tres leyes cruciales: el cambio de la fórmula de ajuste previsional, la reforma tributaria y el presupuesto. O a “garantizar la gobernabilidad”, como admiten en Casa Rosada. Esa lista la integran, además de los tres compañeros de viaje de Macri, Juan Schiaretti (Córdoba), Lucía Corpacci (Catamarca), Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán), Omar Gutiérrez (Neuquén), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego). Macri irá a la caza de las inversiones, que no llegan aún como se esperaba y que se necesitan: son el combustible para una economía que creció a fin de año al 3,7% anual pero no crea puestos de trabajo y de calidad en gran número. En la Argentina hay 4.938.000 empleos no registrados sobre un total de 15.575.000 puestos asalariados. El jueves se conoció el dato de que la inversión extranjera directa, esa misma que el Gobierno decía que iba a llegar pronto, cayó el año pasado. Resulta que fue US$ 2.393 millones, casi 6% menos que en 2016.