Con los pañuelos verdes al cuello -símbolo de la campaña-, a sala colmada en un anexo de Diputados y en un clima de efervescencia porque por primera vez en doce años tiene destino de llegar al recinto, diputados oficialistas y de la oposición presentaron este martes un proyecto para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo y para que las mujeres puedan concurrir a hospitales a practicarse un aborto “seguro y gratuito”.
Con el envión que le dio la decisión de Mauricio Macri de habilitar el debate, lo que lo ubicó rápidamente en el centro de la agenda pública, la iniciativa reunió más firmas que nunca antes en las seis veces que ya se había presentado. Fueron 71 de legisladores de casi todas las bancadas, en un tema sensible y que divide opiniones de manera transversal a los distintos sectores políticos, como pasa también en la sociedad.
“Esta vez hay sensación de que lo vamos a tratar en el recinto y que vamos a salir con la media sanción de la Cámara de Diputados”, confió la diputada Victoria Donda (Libres del Sur), que encabezó las firmas seguida por Brenda Austin (UCR/Cambiemos), Mónica Macha (FpV) y Romina del Plá (Frente de Izquierda). La misma expectativa expresó el macrista Daniel Lipovetzky -que apoya el proyecto- en diálogo con Clarín: “Estamos muy cerca de poder sacar la ley. Será clave dar un buen debate serio, profundo y tolerante y si aprobamos en Diputados le va a costar al Senado rechazarlo”, auguró.
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Lipovetzky fue confirmado al frente de Legislación General, que será la comisión cabecera de la discusión. Con el proyecto ya ingresado, para el 20 de marzo será convocado el primer plenario de cuatro comisiones para presentar el cronograma de trabajo que debería concluir con el dictamen en el recinto a mediados de año.
Quienes no comulgan con la ley de aborto también movieron sus fichas. Un grupo de 15 legisladores presentó ayer en paralelo su “contraproyecto”, titulado “Ley de protección integral de los derechos humanos de la mujer embarazada y de las niñas y los niños por nacer”, definidos como tales desde “el momento de la concepción o fertilización del óvulo”.
Por lo pronto, en Diputados la pelea se anticipa voto a voto.Según un relevamiento provisorio que circula en los pasillos del Congreso, cruzando información de los impulsores de la campaña por la legalización, tomas de posición pública e información que cuentan algunas bancadas, a los 71 apoyos al proyecto se suman otros 13 legisladores, con lo que ya hay 84 a favor; en contra son 78, y 91 aún no definidos.
Otro relevamiento que circula es el de la ONG Ecofeminista, según el cual en Diputados hay 95 a favor de la legalización y 104 en contra, con 56 sin confirmar o sin información; y en el Senado, 14 a favor, 26 en contra y 32 sin definir.
El resultado final es incierto porque entre los indefinidos no se dan pistas, en muchos casos. A uno y otro lado creen que la “espiral del silencio” les terminará siendo favorable. Donda indicó a Clarín que no hay una estrategia decidida de captación de votos, más allá de “sentarnos uno por uno para discutir y buscar convencer” a los pares, que serían visitados por aquellos con los que tengan mayor afinidad.
En la presentación del proyecto en favor de despenalizar el aborto -que será eje inicial del debate en comisión- entre gritos de “¡Aprobación, aprobación!” hubo un golpe de efecto: Donda explicó que bautizaban la ley “María Campos”, una mujer de Santiago del Estero, madre de cinco hijos, último nombre conocido de una mujer que murió por practicarse un aborto clandestino “en condiciones inseguras”.
En la campaña por el aborto legal afirman que son 500 mil al año; quienes están en contra lo ponen en duda. Un parámetro son las cifras que dio el ex ministro de Salud del kirchnerismo, Ginés González García: hay 60 mil internaciones al año por abortos clandestinos mal realizados, y que derivan en la mayor causal individual de mortalidad materna en el país.
El debate promete ser áspero. En el proyecto antiaborto, para los embarazos producto de una violación se da por sentado que la mujer debe seguir adelante (hoy la jurisprudencia de la Corte permite abortar en esos casos) y se otorga una asignación monetaria equivalente a la categoría E de la administración pública durante toda la gestación, con extensión hasta los 18 años cumplidos si asume la crianza y educación del niño.
Este proyecto que en anteriores ocasiones fue presentado con hasta 65 firmas mostró la misma transversalidad que el de legalización. Lo encabezó el democristiano cordobés Juan Brügge (delasotista, ex aliado massista que integra ahora el interbloque del peronismo no K) y tuvo las firmas de una kirchnerista, varios aliados del bloque Justicialista, tres massistas y siete integrantes del interbloque Cambiemos.
Ayer terminaron de conformarse tres de las cuatro comisiones: Legislación General, Familia (seguirá de titular la radical jujeña Alejandra Martínez, está a favor) y Legislación Penal (otra radical, Gabriela Burgos, en contra). Falta Salud, que se conformaría la semana próxima con la macrista Carmen Polledo (en contra) como titular. Según la intención de Lipovetzky, el debate se iniciará con la convocatoria a especialistas propuestos por los diputados a nivel individual y no por el número de cada bancada.pero poniendo “un límite” a acordar “para no extender las reuniones durante meses”.
La integración de las comisiones tuvo ruidos. Donda hizo saber su malestar por haber sido corrida de Penal -donde estuvo los últimos diez años- y no figurar en ninguna de las cuatro que tratará el tema del aborto. Le apuntaba disgustada al jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, “quien arma las comisiones y es un reconocido antiabortista”.