Según estimaciones oficiales, los argentinos guardan en el “colchón” unos 230.000 millones de dólares. En esa categoría tan propia de la economía argentina se incluyen los dólares escondidos en las casas y también los fondos depositados en cuentas bancarias en el exterior. Pero también existe una buena parte de billetes verdes en custodia en los bancos, fuera del sistema financiero, en las llamadas cajas de seguridad.
Desde el 2007, cuando a la par de la inflación reapareció la fuga del peso al dólar, los bancos invirtieron fuertes sumas en la refacción de sus sucursales para ampliar la cantidad de cajas disponibles para los clientes. Incluso montaron plataformas móviles para no dejar ningún metro cuadrado desaprovechado e hicieron un buen negocio del asunto al cobrar un costo cada vez mayor por el mantenimiento.
De acuerdo a la consultora especializada Banca & Riesgo, en los últimos 7 años se duplicó el parque de cajas de seguridad y hoy existen en el país 512.00 cajas declaradas.
Cada una puede contener, según el tamaño, entre U$S 270.000 y U$S 2 millones. Así que en esos cofres se esconde un tesoro que hoy supera con creces la cantidad de divisas en las reservas del Banco Central.
Con los números a la vista, queda claro que a los primeros que debería seducir el próximo Gobierno –antes que a Griesa, los fondos buitres o a los inversores extranjeros- es a los propios argentinos, que desde hace años vienen protegiendo sus ahorros en el colchón, en el jardín y en las cada vez más costosas cajas de seguridad.