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  El Gobierno deberá enfrentar un test de cortísimo plazo para saber si puede estabilizar el dólar abajo de los 40 pesos en las próximas semanas. Se trata del "test de las Lebacs y de las Letes", la deuda que vence en el cortísimo plazo en pesos y en dólares.
   Frente al problema de las Letes, la deuda en dólares del Tesoro a plazo máximo de 1 año, la apuesta oficial es renovar el porcentaje más elevado posible de estos títulos, con vencimientos quincenales, porque todo lo que no se renueva hay que pagarlo con reservas del Banco Central. Por ejemplo, esta semana vencen U$S 900 millones. Pero entre septiembre y febrero hay vencimientos mensuales en promedio de U$S 2000 millones (salvo en diciembre que vencen 1.100 millones). De hecho, entre septiembre y diciembre esos vencimientos acumulan casi U$S 7.500 millones. Si es necesario, el Gobierno está dispuesto a pagar tasas de interés exorbitantes (en las últimas licitaciones más del 5% anual y hoy hasta 7% anual) con el propósito de refinanciar esa deuda. Para tener una idea, Argentina pagaría por refinanciar deuda a menos de un 1 año, casi el doble de lo que paga Chile para tomar crédito a 10 años. De ahí que las dudas sobre la capacidad de afrontar esos vencimientos son crecientes. El adelanto de desembolsos que se negocia con el FMI es justamente para mostrar que aún en el escenario en que los mercados internacionales siguieran cerrados para Argentina, el Gobierno estaría en condiciones de afrontar los vencimientos de esa esa deuda por U$S 14.100 millones durante 2019.
  El otro problema es el de las Lebacs, las letras en pesos del Banco Central. El próximo 19 de septiembre, vencen 436.000 millones de pesos de Lebacs, de los cuales sólo el 25% está garantizada la renovación porque está en poder de los bancos (ver cuadro). Aunque el porcentaje llegaría a la mitad si se suman provincias y distintos organismos públicos. Si el objetivo, como anunció hace un mes  Luis Caputo, es continuar "desarmando" las Lebacs, eso significa que se deberá emitir pesos, por lo menos, por ¿100.000 millones? para pagar a los tenedores de Lebacs no bancarias los vencimientos. El interrogante es si esos pesos volverán a presionar, como en agosto, fuertemente, sobre el dólar o encontrarán otras alternativas de colocaciones en pesos: plazos fijos, Letras del Tesoro. Además, no está claro cuántos dólares de las reservas estaría dispuesto a vender el Central –con el visto bueno de los técnicos del FMI– en el caso de que una gran parte de esos pesos buscaran dólares, si no se siquiera convalidar un nuevo salto del tipo de cambio.
  Para acotar el riesgo de que el test de las Lebacs y de las Letes se complique, el Gobierno necesita un mercado cambiario lo más tranquilo posible en los próximos días. Apurar el acuerdo político con los gobernadores por el Presupuesto 2019. Y cerrar cuánto antes el nuevo acuerdo con el FMI con el anuncio concreto del adelanto del préstamo stand-by, por unos 18.000 millones que se preveía desembolsar en 2020 y 2021. Además de prenderle una vela al mundo (el 25 de septiembre la Reserva Federal volvería a anunciar otra suba de la tasa de interés) para que la fragilidad propia no quede todavía más expuesta frente algún "episodio" importado.