El "riesgo" país es el indicador que mide cómo evalúan los inversores la capacidad de repago de la deuda de un país (ver abajo, cómo construye este indicador que elabora el banco JP Morgan). Hoy el riesgo país de la Argentina superó los 800 puntos básicos –récord en la era Macri–, un nivel que no alcanzaba desde diciembre de 2014.
Con semejante nivel de riesgo país, Argentina tiene cerrado el mercado internacional de capitales. Porque si quisiera emitir un título a 10 años en dólares debería pagar 8 puntos adicionales, a la tasa de interés que pagan los títulos del Tesoro Norteamericano, considerado "riesgo cero" (hoy alrededor del 3% anual). Una tasa exorbitante, e imposible de sostener en el tiempo. Nadie le prestaría a un deudor que para cubrir vencimientos de deuda, sale a tomar deuda a semejantes tasas. El mega préstamo del FMI está, justamente, para cubrir (pagar) los vencimientos de deuda en dólares que el Gobierno argentino no puede refinanciar. Pero alcanzan para garantizar el pago de la deuda durante 2019, para evitar un default sólo en el año electoral.
Es un círculo vicioso peligroso: si no se recupera la confianza, hay que usar los dólares de las reservas y el préstamo del Fondo para cubrir los vencimientos de deuda, y a medido que estos dólares se acaban, aumenta la desconfianza porque se eleva el riesgo de un default del próximo Gobierno.
¿Es el riesgo a un regreso de Cristina, que para los inversores es sinónimo de restructuración de la deuda? ¿O es el "riesgo Macri", que aún ganando su relección el año próximo nadie sabe qué podría hacer para recobrar la confianza de los invesores que compraron más de 70.000 millones de dólares de bonos argentinos entre 2016 y 2017? Y sobre todo cómo se afrontarán los pesados vencimientos de deuda a partir de 2020, ya sin el paragua del FMI.
"La suba del riesgo país de Argentina 2018 tiene más condimentos locales (económicos y políticos) que internacionales pero no hay que minimizar el empeoramiento de las condiciones económicas del mundo. 2018 fue un año de volatilidad extrema. Afectó a todo el espectro de activos financieros: cayeron las bolsas emergentes, subió la tasa de interés de los bonos del Tesoro a 3% anual y se fortaleció el dólar", dice la consultora Macroview.
Hace un año, el riesgo financiero de Argentina oscilaba muy cerca del riesgo emergente promedio: 360 puntos básicos versus 330. Estaba en el pelotón de los Turquía (300), Egipto (390), Ucrania (430) y Ecuador (450); no tan lejos de los Brasil (240) y Sudáfrica (220) y a más distancia de los México (180), Rusia (150), Colombia (170) y Perú (110). "Este año, el riesgo emergente promedio subió unos 90 puntos respecto a fines de 2017, de 330 a 420. En los países de riesgo bajo y medio (México, Colombia, Perú, Brasil) se incrementó entre 20 y 40 puntos; en los de riesgo alto (Ecuador, Ucrania, Turquía) entre 150 y 270 puntos. Argentina más de 400 puntos: algo tuvo que ver el mundo pero el meollo es el factor local", agrega Macroview.
El propio FMI destaca en la letra del Acuerdo con Argentina que “…la deuda argentina es sostenible pero no con una elevada probabilidad…”. Hay casos más inciertos que el argentino en que la precondición del FMI para conceder el préstamo es reestructurar la deuda del gobierno con el sector privado (ejemplo, Ucrania 2015). Con la Argentina no se llegó a ese extremo porque se mantienen abiertas otras fuentes de financiamiento alternativas al Fondo durante la vigencia del Acuerdo: otros organismos internacionales, bancos internacionales, bonistas que renuevan un determinado porcentaje de sus tenencias de deuda. "En caso de que en algún momento futuro estas fuentes alternativas se redujeran en un “x” porcentaje, crecerá la chance de que para continuar con el stand – by y los desembolsos el FMI impulse una reestructuración de la deuda en manos del sector privado. El “tecnicismo” por el cual se explicita en el Acuerdo un porcentaje de renovación de LETES y REPO en dólares del 60% está ligado a este criterio", advierte Macroview.
El 90% de los desembolsos del Fondo llegarán antes del final de gobierno de Macri: U$S 51.100 millones. Para la próxima administración, incluso si fuera el propio Macri, quedarían en 2020 vencimientos de deuda en dólares por U$S 21.000 millones, casi lo mismo que el año próximo pero sin la ayuda del FMI si en 2019 se usara la mayor parte de los desembolsos y las reservas para pagar la deuda. En 2021, el monto de vencimientos es similar: U$S 21.500 millones. Para esos dos años, el remanente de desembolsos del FMI prácticamente se compensan con lo que hay que empezar a pagar: en 2020, queda un desembolso de 3.900 millones y hay que pagarle al Fondo 2.300 millones. En 2021, hay un último desembolso de 2.000 millones y se deben pagar 6.100 millones. El problema ya cobra otra dimensión a partir del tercer año del próximo Gobierno. En 2022, los vencimientos totales de deuda en dólares suman U$S 35.000 millones. A la deuda con el sector privado, se le suma el primer gran pago para devolver el préstamo del FMI por U$S 22.500 millones. Al año siguiente ocurre lo mismo, además de la deuda con los acreedores privados, hay que devolver otros U$S 23.600 millones del crédito stand-by.
Cómo se calcula RIESGO PAÍS: El cálculo del rieSgo país de Argentina en la medición del índice EMBI –el indicador que elabora el banco de inversión norteamericano JP MORGAN– contiene aproximadamente un 50% de títulos públicos de largo plazo, que vencen desde 2028 en adelante, y otro 50% de títulos de mediano plazo, que vencen desde 2021 a 2026. El índice no contempla títulos de corto plazo, 2019, que son los que hoy tienen menores rendimientos por estar dentro del paraguas con el FMI, y donde el spread ronda respecto a los bonos del Tesoro ronda los 200 puntos básicos.