Según lo informado por el Ministerio de Economía, en agosto se registró un déficit primario de $ 147.756 millones. Los ingresos totales ascendieron $735.712 millones y subieron 70,1% interanual. Mientras que el gasto primario totalizó $ 860.548 millones, se aceleró a un ritmo del 64,8% interanual (en julio era de 44,7% interanual). Por primera vez desde febrero se ubica por arriba de la inflación interanual, pero todavía se mantiene desde que empezó el año por debajo del crecimiento de la recaudación. Así, en los primeros ocho meses del año el déficit fiscal alcanzó 1% del PBI y el déficit financiero (incluyendo intereses de la deuda) fue de 2% del PBI.
Los ingresos totales fueron impulsados por la recaudación impositiva, que mejoró 71,1% interanual en términos nominales y también los ingresos no tributarios (“impuesto a los altos patrimonios”), que subieron casi un 300% interanual.
Con el número del déficit de agosto, los primeros ocho meses cerraron con un déficit fiscal primario de $431.500 millones, equivalente a 1% del PBI. A solo 4 meses para que concluya el año, el rojo fiscal (primario) está 3,5 puntos porcentuales abajo de la meta establecida en el Presupuesto 2021 (4,5% del PBI) .
En tanto, el déficit financiero de los primeros 8 meses del año fue de $870.000 millones, equivalente a un 2% del PBI. También 3,5 puntos porcentuales menor que en el mismo período de 2020 (5,5% del PBI).
Del lado de los ingresos totales, en agosto, los derechos de exportación que se dispararon 126,1% interanual (en términos nominales) por los súper precios internacionales de las materias primas (especialmente la soja cotizando por encima de los u$s 470 por tonelada). En tanto, los impuestos vinculados con la actividad económica y el consumo interno subieron fuertemente .La recaudación del Impuesto al Valor Agregado se disparó 83,1% interanual y el “Impuesto al cheque” subió 66% interanual. En tanto el Impuesto a las Ganancias creció 67,2% interanual, todos en términos nominales-.
El gasto primario subió en agosto un 64,8% interanual. Las únicas partidas que continuaron con el ajuste en términos reales son los programas sociales (sin incluir a la AUH) y las jubilaciones. El resto de las partidas le ganaron a la inflación acumulada en los 12 meses previos,
También hubo una fuerte disminución de las partidas del llamado “Gasto Covid-19”, por la eliminación del IFE y del ATP. Según la Oficina de Presupuesto de la Nación, en los primeros 8 meses de 2021, el “Gasto Covid” totalizó gastos por $ 256.700 millones (equivalente al 0,6% del gasto primario). Mientas que el “Gasto Covid” del 2020 fue equivalente a 3,5% del PBI.
En agosto, las prestaciones sociales (jubilaciones y gasto social), que explican el 60% del gasto operativo total, cayeron un 12,9% interanual en términos reales (descontando la inflación). Producto de la suspensión de la ley de movilidad previsional en 2020, los aumentos discrecionales por decreto presidencial y la “nueva” fórmula jubilatoria que significó un aumento (nominal) hasta el mes de agosto de sólo 21,2%, con una inflación acumulada los primeros 8 meses del año del 32,2%.
El rubro “otros programas sociales” (que no incluye a la AUH) registró una caída interanual de 39,4% – en términos reales. En los primeros 8 meses del año se contrajo un 48,7%.
Vale señalar, que en 2020 esta partida, por la pandemia, se multiplicó por 5,5 veces, y en 2021 esta reduciéndose a la mitad. Es decir, se continua con esta tendencia cerrará el 2021 con un aumento de 175%, respecto al año 2019 .
Mientras que el gasto en salarios públicos volvieron a crecer en términos reales. En agosto pasado, crecieron 56,7% interanual (contra una inflación acumulada de 51,8%) . Sin embargo, en los primeros 8 meses del año los salarios públicos continúan en rojo. Cayeron 3,4% en términos reales, respecto al mismo período de 2020.
Las partidas que motorizaron el incremento en el gasto público fueron: trasferencias a las provincias, subsidios económicos, intereses de la deuda y gastos de capital (obra pública) .
Los “subsidios económicos” a las empresas de servicios públicos se dispararon un 251% (en términos nominales) en agosto de 2021 debido al “cuasi- congelamiento” tarifario. En especial, los subsidios a la energía subieron 431,1% en agosto.
En los primeros 8 meses del año los subsidios económicos (energía principalmente, y en menor medida transporte) ascendieron a $ 795.000 millones. Es equivalente a 1,8% del PBI , un número similar al “peso” de los subsidios económicos durante el 2016. – ver gráfico-
En el Presupuesto 2022, se proyecta que los subsidios a la energía pasarían de 2,1% del PBI a solo 1,5% del PBI. Parte de ese “ahorro fiscal” se da por el aumento y segmentación de tarifas de servicios públicos.
En tanto, los “gastos de capital” (obra pública) se dispararon 123% respecto del mismo mes de 2020, en términos nominales. Es claro que en un año electoral el gasto en obra pública seguirá creciendo a un ritmo acelerado. En los primeros 8 meses del año, acumulan un incremento de 53,7% en términos reales (descontando la inflación).
Las “Transferencias a las provincias” subieron 70,8% en agosto (en términos nominales). Es equivalente a un incremento del 12,8% en términos reales.
Por último, los pagos por intereses de la deuda subieron en agosto 22,3% interanual (respecto al mismo período de 2020) –en términos reales-.
Tras el revés electoral de las PASO el oficialismo inyectará una “lluvia de pesos” vía subsidios e bonos a los sectores más vulnerables, probablemente un nuevo IFE (Ingreso Familiar de Emergencia). Incrementando la “brecha fiscal”. Por ello, es esperable que el equilibrio de las cuentas fiscales se deteriorará muy velozmente en los próximos 40 días .Sin embargo, si esta dinámica se frena post elección legislativa general, se podría cerrar el año 2021 con un déficit primario de 3,5%/3,6% del PBI. Lo cual se asemejaría más al ”Plan de Guzmán” que al “Plan de CFK” (4,5% del PBI).