La actividad ya está 3,4% arriba del nivel pre-pandemia, pero aún 4% abajo de abril 2018

Según el Estimador Mensual de la Actividad (EMAE) del INDEC, la actividad económica subió 1,2% en septiembre pasado, respecto de agosto (en la serie desestacionalizada). Aún si se mantuviera el nivel de actividad estacando en los valores actuales, por el “efecto arrastre estadístico”, la economía crecería este año 10% en 2021. Así se recuperaría este año el derrumbe de actividad del año pasado por la pandemia. La recuperación de la actividad contrasta con el empleo asalariado formal, que aún le resta recomponer un 51,5% de los puestos de trabajo perdidos el año pasado.

Con las suba en el Estimador Mensual de la Actividad (EMAE) del 1,2% en septiembre pasado, respecto de agosto (en la serie desestacionalizada), acumuló el cuarto mes consecutivo con subas mensuales, tras el “parate” de abril y mayo producto de la “segunda ola” de covid y las mayores restricciones a la movilidad. Con este número, el nivel de actividad superó por 3,4 puntos porcentuales al nivel pre-pandemia de febrero de 2020. Y está 4,2 puntos abajo del nivel pre-crisis de 2018.

Aún si se mantuviera el nivel de actividad estacando en los valores actuales en el último trimestre del año, por el “efecto arrastre estadístico”, la economía crecería este año 10% en 2021. – ver gráfico-

La velocidad de recuperación de los distintos sectores económicos sigue siendo muy heterogénea. Es bien marcada la diferencia entre los sectores productores de bienes. Recién en los últimos meses los sectores vinculados a los servicios como “Hoteles y restaurantes” y “Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales” son los que tomaron mayor dinamismo.

De los 15 sectores relevados por el Indec, 13 exhibieron variaciones positivas en la comparación entre septiembre 2021 y el mismo mes del año pasado: “Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales” (66,9%); “Hoteles y restaurantes” (59,1%); “Construcción” (27,1%); “Explotación de minas y canteras” (16,3%);  “Industria Manufacturera” (10,8%); “Transporte y Comunicaciones” (10,7%); ”Comercio Mayorista, minorista y reparaciones” (10,1%); “Adm. pública y defensa, planes de seguridad social de afiliación obligatoria” (8,9%) ; “Servicios sociales y de salud” (8,7%); “Actividades inmobiliarias, empresariales y alquiler” (8,2%); “Enseñanza” (6,2%) ;  “Electricidad, gas y agua” (5%) e “Intermediación Financiera” (2,4%).

Las caídas del mes de septiembre se dieron en  y “Pesca” (-9,6%) y “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura” (-1,7%) ambas en términos interanuales.

Como se ve en el gráfico que compara la recesión actual con la recesiones de 2002 y 2009, en el escenario más optimista con crecimiento mensual de 0,5% de aquí para adelante, en junio de 2022  se alcanzaría el nivel de actividad previo a la recesión que se inició en abril de 2018.

Todo ello suponiendo que Argentina evitara en los próximos meses un nuevo salto devaluatorio del tipo de cambio oficial que impulsaría fuertemente la inflación, provocaría un nuevo derrumbe del consumo y postergaría todavía más la recuperación.

En 2021, se recuperó el nivel de actividad perdido en 2020, pero todavía sin un impacto fuerte sobre el nivel de empleo y con ingresos reales de trabajadores, jubilados y beneficiarios de programas sociales “erosionados” por la inflación.

Por ello, existen muchas dudas sobre si el “rebote” post-pandemia se puede traducir en un proceso de crecimiento sostenido en el tiempo. Para ello, es clave que el Gobierno logre evitar una nueva crisis cambiaria con su consecuente aceleración en la inflación.