Según el informe mensual de deuda publicado por la Secretaria de Finanzas, la deuda bruta de la Administración Central ascendió a U$S 348.346 millones. Solo en el mes de octubre pasado la deuda bruta creció en U$S 5.727 millones.
En 2020, el Gobierno reestructuró la deuda pública en dólares con acreedores privados. Sin embargo, eso no implicó una quita de capital relevante, que fue sólo del 2%. Se recortaron sí fuertemente los intereses (ahí el ahorro en 10 años fue de más de U$S 35.000 millones) y se largaron los plazos de pago. Pero se capitalizaron los intereses devengados durante el proceso de negociación.
Actualmente, la deuda bruta de la Administración Central denominada en moneda extranjera incluye, entre los ítems más relevantes, a la deuda contraída con el FMI por U$S 43.294 millones, bonos del Tesoro Nacional por U$S 167.874 millones en moneda extranjera y deuda del Tesoro Nacional con el BCRA (intra sector público) por U$S 55.267 millones.
Una práctica que se utilizó en el Gobierno de Néstor Kirchner y también en los 2 mandatos de Cristina Fernández fue emitir letras intransferibles del Tesoro Nacional al BCRA a cambio de reservas para afrontar los pagos de deuda en moneda extranjera. Esta operatoria continuó en los 20 primeros meses del mandato de Alberto Fernández. Así, el stock de Letras Intransferibles del Tesoro en el BCRA se incrementó en U$S 5.253 millones entre diciembre de 2019 y octubre pasado. Dicho de otra manera, se canceló deuda en dólares con acreedores privados y organismos internacionales por ese monto, pero la deuda no disminuyó porque se contabilizó una nueva deuda del Tesoro por el mismo monto entre el Tesoro y el Banco Central.
Del total de la deuda bruta actual, el 72,8% esta emitida en moneda extranjera – U$S 251.800 millones – y el resto en denominada en pesos $ 93.975 millones.
La deuda emitida en títulos públicos en moneda local, durante el mandato de Alberto Fernández, se incrementó en U$S 18.544 millones (a la cotización del “dólar oficial”). Unos U$S 5.250 millones, como se dijo antes, fue “deuda en dólares” entre el Tesoro y el Banco Central, con las “Letras Intransferibles”, y U$S 1.500 millones fue la emisión de deuda adicional en dólares, con acreedores privados, emitida para “darle salida” a fondos de inversión extranjeros (Templeton y Pimpco) que tenían deuda en pesos y presionaban sobre la brecha cambiaria al correr al dólar.
Los bonos que ajusta por inflación (bonos CER) tuvieron un fuerte incremento de U$S 22.054 millones entre diciembre de 2018 y octubre de 2021. Mientras que el stock de títulos de deuda en pesos que no ajusta por inflación durante el mismo período, se redujo en U$S 3.511 millones. En parte, producto de la “licuación” ante la suba del tipo de cambio oficial.
Así, el 27% de la deuda bruta está hoy emitida en moneda local. Sin embargo, el punto clave es que si tomamos la deuda denominada en pesos, el 61,7% esta emitido en bonos ajustables por inflación – equivalente a U$S 57.946 millones – y solo 38,3% – U$S 36.028 millones– es deuda que no está indexada por inflación y pagan una tasa de interés fija o variable.
Esto muestra que el mercado no quiere tomar deuda Argentina a tasa fija o variable, por la elevada inflación que termina “licuando” a los tenedores de dichos bonos junto con el riesgo de devaluación permanente.
Además, al estar mayoritariamente en bonos ajustados por inflación esta deuda no se licua ante una aceleración inflacionaria. El “peso” en términos del PBI o medido en pesos constantes se mantendrá en el futuro pese a un evento de aceleración inflacionaria. Es decir, el costo fiscal del pago de la deuda en pesos para este tipo de instrumentos se va mantener en el tiempo.
Los cálculos de deuda bruta de la Secretaría de Finanzas no incluyen a los pasivos remunerados del BCRA. Aquí vale señalar, que entre diciembre de 2019 y octubre de 2021 el stock de Leliqs y Pases del BCRA se disparó de 1,1 billones a 4,2 billones de pesos. Es decir, un incremento de U$S 24.500 millones de dólares (tomando la cotización del dólar oficial de cada momento).
Si medimos la deuda bruta en relación al Producto Bruto Interno (PBI), en el segundo trimestre de 2021 el porcentaje de deuda equivalía al 91,1% del PBI (con un pico récord en 2020 de 102,8% del PBI en plena pandemia, por el derrumbe del PBI). Según los registros oficiales, el año 2019 había cerrado con un ratio de deuda sobre PBI del 88,8%.