El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) –en base a los pronósticos de bancos y consultoras privadas– proyecta para 2021 una inflación de 50% anual. Es decir que las expectativas de inflación para el año están a 21 puntos de diferencia con las proyecciones del Presupuesto 2021 (29%).
La dinámica inflacionaria de 2021 tiene muchos condimentos.
Primero, si el Gobierno puede evitar un salto del dólar oficial y mantiene el “crawling-peg”, es decir las micro- devaluaciones del tipo de cambio.
Segundo, si habrá o no ajuste en tarifas de servicios públicos a partir de abril de 2021, tras casi 2 años de congelamiento.
Tercero, dependerá de la dinámica de los salarios y cómo se dará la “puja salarial” en la post-pandemia en un año electoral. Muchos sindicatos intentarán recomponer el poder adquisitivo de sus trabajadores tras 2 años de recesión, el impacto de la pandemia y la cuarentena.
Al sumar estos factores, el “piso” de inflación para 2021 sería mucho más alto de lo que se plantea el Gobierno en los números del Presupuesto.
La cotización del dólar oficial – según el proyecto de Presupuesto 2021- se ubicará en 102,4 pesos para diciembre de 2021.
Esta cotización sólo sería alcanzable con un derrumbe en las expectativas de devaluación y un incremento en la confianza en el programa económico. Según el REM del BCRA, la proyección de dólar oficial para diciembre de 2021 es de 125 pesos (Vean este grafico).
Si el BCRA mantuviera la tasa de depreciación actual de 3,4% mensual hasta fin de año en su esquema de micro-devaluaciones, la cotización del dólar oficial a fin de 2021 sería de 124,2 pesos. Similar al dólar proyectado por las consultoras que participan del REM.
Asimismo, el Presupuesto 2021 marca un crecimiento del PBI de 5,5% para el próximo año. Es un objetivo lógico y alcanzable, tras un 2020 en que el PBI cayó más de 10%, un derrumbe similar al de la crisis de 2002 tras el estallido de la convertibilidad.
En este caso, contrariamente a lo que ocurre con el dólar e inflación, las proyecciones del REM del BCRA van en sintonía con el presupuesto: 5,5% de crecimiento para 2021. Las proyecciones del REM para 2022 mejor no mencionarlas, porque ese en Argentina ya sería un capítulo de ciencia ficción.