Las claves detrás de las cifras de inflación y el dólar oficial como “ancla” que no ancla

Según el INDEC, la inflación en abril alcanzó el 4,1%, respecto de marzo pasado. Aún con “congelamiento” de tarifas, un súper cepo, programa de “precios máximos”  y con un dólar oficial que solo subió  1,7% en abril, la inflación no cede. La inflación acumulada en el primer cuatrimestre de 2021 fue de 17,6%, la cifra más alta desde el mismo período de 2016. En los últimos 12 meses la inflación alcanzó el 46,3%.

El dato de inflación de abril de 4,1% desarmó el “plan de Guzmán”. Lejos quedó la meta de inflación de 29% para 2021 y la pretensión del Gobierno de paritarias en torno a 32/35% anual.

La falta de un ancla de expectativas con un programa macroeconómico creíble y consistente de mediano plazo, hace que el “congelamiento” de tarifas de servicios públicos, el programa “precios máximos”  y un “dólar oficial” cuasi-fijo, no puedan hasta ahora desacelerar la inflación.

Con más inflación se disparan las expectativas de devaluación del “dólar oficial” y también de los “dólares alternativos”. Además, se incrementa la presión para incrementar el gasto público, y compensar a los sectores más afectados por el “fogonazo” inflacionario, más aún en un año electoral.

También se reactiva la “puja” salarial: el riesgo es que las paritarias en algún momento se reabran, y aumente el conflicto salarial en los meses previos a las elecciones, aunque por ahora –salvo casos puntuales– la disparada de la desocupación el año pasado sirvió como un disciplinador social importante.

Ya con el dato de marzo había quedado “desdibujada” la meta de Guzmán del 29% anual fijada en el Presupuesto Nacional. Pero el problema es mucho mayor que el desvío de la meta oficial.

Una de las herramientas que utilizó el Gobierno para atacar a la inflación fue ir “planchando” al “dólar oficial”. En enero pasado, el dólar oficial subió 3,75%, en el mes febrero 2,9%, en marzo 2,4% y en abril solo subió 1,7%. Sin embargo, la inflación estuvo lejos de desacelerar.

Esta “receta” típica de año electoral de atrasar el dólar oficial para contener la inflación, no se puede sostener por mucho tiempo. Se necesitan reservas netas en el BCRA  para contener las presiones devaluatorias.

Adicionalmente, el “atraso cambiario” vendrá con una mayor “brecha cambiaria” (entre el dólar oficial y los “dólares alternativos”). Esto profundizaría los problemas en la economía real.

Los exportadores tendrían mayores incentivos a retener la liquidación de divisas (y a sub-facturar exportaciones), mientras aumentarían los incentivos para los importadores a adelantar importaciones (sobrefacturar importaciones) y “abalanzarse” sobre los dólares oficiales (baratos) del BCRA. Es decir, esta “receta electoral” se puede aplicar sólo en el corto plazo.

En abril pasado la inflación núcleo (que no incluye a precios regulados ni estacionales)  subió 4,6% mensual. Mientras que los precios regulados 3,5% y los estacionales 2,2% mensual. Así, en los últimos 12 meses, la inflación núcleo acumuló una suba de 48,9%.   

Los componentes de la inflación siguen teniendo una dinámica muy heterogénea. En abril, la inflación de los bienes (IPC-Bienes) acumuló 54% interanual. Es decir, 10,4 puntos más que la inflación general. Mientras que el IPC-Servicios sólo subió 30,4%. Esta disparidad obedece a la gran cantidad de tarifas de servicios regulados que están controladas o directamente “congeladas”.

Algo similar ocurre en la comparación de la inflación núcleo, los precios estacionales y los precios regulados. Mientras que la inflación núcleo alcanzo una variación interanual de 48,9%, los precios estacionales subieron 63,6% y los precios regulados aumentaron sólo 27,6%.

Esta distorsión en los precios relativos y las distintas “velocidades” a las que ajustan los precios son una medida de la “inflación reprimida”. Es decir, que en el futuro podrían tener un impacto inflacionario si se opta por corregir esas distorsiones.

Los rubros que más subieron en abril fueron: “Prendas de vestir y calzado” (6%);“Transporte” (5,7%);“Alimentos y bebidas” y “Equipamiento y mantenimiento del hogar” (ambos 4,3%).

Contrariamente, los rubros “Comunicación” (0,5%);“Recreación y cultura” (1,5%) ;  “Educación” (2,5%) y  “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (3,5%);   reflejaron las menores variaciones respecto de marzo.