Sin anunciar nuevas medidas o algún otro esquema de sanciones como el que ya implementa Washington contra Caracas, Argentina y Estados Unidos coincidieron una vez más en seguir aislando política y económicamente a los jerarcas del régimen venezolano. Pero advirtieron que será decisión del gobierno de Perú permitirle o no a Venezuela participar de la Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Lima a mediados de abril y a la que viajará Mauricio Macri. Así lo expusieron este domingo en una conferencia de prensa, en el Palacio San Martín, el secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, Rex Tillerson y el canciller Jorge Faurie, tras abordar previamente junto a otros ministros del Gabinete nacional argentino no sólo la crisis humanitaria venezolana, sino una agenda bilateral concentrada en la seguridad y la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, y en cómo incrementar el crecimiento económico bilateral, que enfrenta varios escollos como el descomunal aumento, del arancel al biodiésel argentino que entra al mercado estadounidense, según oficializó el Departamento de Comercio en agosto pasado. Tillerson, llegó de México a la Argentina el sábado, hizo unos paseos y una cabalgata por Bariloche, ayer mantuvo su reunión de trabajo en la Cancillería y antes de partir a Perú, Colombia y Jamaica, será recibido hoy a la mañana por el presidente Mauricio Macri, en la residencia de Olivos. Faurie y el secretario de Estado colocaron a las 12 horas una ofrenda floral en el monumento a José de San Martín, frente a la sede de la cancillería argentina. El sol parecía rajar las piedras para entonces, y el grupo de camionetas negras blindadas estacionadas frente al Palacio parecían ser la única señal de vida en unas calles semidesiertas. Después, Tillerson y su equipo compartieron un almuerzo en el Palacio San Martín. Un asado que estuvo a cargo de los Petersen, que tienen la concesión del comedor central de la Sociedad Rural, entre otros. En el almuerzo estuvieron los ministros: Patricia Bullrich (Seguridad), Oscar Aguad (Defensa) Nicolás Dujovne (Hacienda), Juan José Aranguren (Energía), Francisco Cabrera (Producción) y Luis Etchevehere (Agroindustria). Y también Daniel Raimondi (vicecanciller), Fernando Oris de Roa (embajador argentino en Estados Unido), Tom Cooney (encargado de negocios de los Estados Unidos en Argentina). Cuando se le preguntó a Tillerson si iban a aplicarse nuevas sanciones como un embargo al tradicional petróleo que Washington le compra al país caribeño – un negocio que en 2017 se estimaba en los 32,2 millones de dólares al día siendo EE.UU. el primer destino de las exportaciones petroleras de Caracas-. respondió "Debatimos temas sobre Venezuela y medidas adicionales que se puedan aplicar. Seguimos considerando la aplicación de sanciones al comercio del petróleo de Venezuela, o sus productos refinados, a Estados Unidos. Pero nuestro desacuerdo es con el régimen (del presidente, Nicolás Maduro), no con el pueblo de Venezuela, que está sufriendo". Por su parte Faurie señaló: "La posición de Argentina es absolutamente clara. No estamos reconociendo el proceso político y la deriva autoritaria de Venezuela. No reconocimos la asamblea constituyente, y estamos pendiente de los presos políticos que no pueden participar. Adherimos a todos los mecanismos a nivel regional que permitan no aceptar las decisiones del gobierno de Maduro. ¿Sanciones? Nosotros estamos siempre en la idea de que las sanciones tienen que ser sin afectar a la situación del pueblo venezolano”. Al preguntársele a Faurie sobre el conflicto bilateral en torno a los aranceles al biodiesel argentino en el mercado estadounidense, dijo que Argentina seguía apostando al diálogo abierto con los Estados Unidos. Hay una "inquietud que tiene Argentina” por resolver esta cuestión, señaló cuando se le preguntó si va a hacerse una denuncia en los tribunales de EEUU, previo paso a otra denuncia en la OMC. “Estamos manteniendo un diálogo que nos permite todavía buscar soluciones a nivel bilateral en el que hemos estado trabajando a lo largo de los últimos 3 meses”, destacó el ministro, quien recordó que el Secretario de Comercio de los EEUU, Wilbur Ross en declaraciones recientes “renovó la disposición para continuar examinando vías de solución” a este tema. Anoche, Tillerson vio el juego del Superbowl en la residencia estadounidense, los New England Patriots contra Philadelphia Eagles. Fue después de reunirse con algunos embajadores de su país en la región que vinieron a hablar con su jefe.