La construcción de un megacentro de trasbordo bajo el Obelisco que una las líneas de trenes metropolitanos entró en un impasse. Hoy se anunció a través del Boletín Oficial que se frena lo que iba a ser el primer paso de la Red de Expresos Regionales (RER), una de las apuestas fuertes del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
La resolución 95 anuló la licitación para la construcción de la estación subterránea en Plaza Constitución. Desde Transporte indicaron que dieron marcha atrás porque es necesario "redefinir el proyecto integral y establecer cómo se financiará". Sin embargo ratifican que el RER estará en funcionamiento para el 2023, para lo que, según estiman en el sector, podrían recurrir al sistema de PPP (Participación Público-Privada).
La norma publicada hoy basa la decisión en el pedido de la Secretaría de Obras de Transporte de "continuar con el análisis del proyecto, dada la complejidad que conlleva la obra".
Inicialmente, la primera fase del RER iba a ser la “Estación Plaza Constitución Subterránea”, que comunicaría las líneas del Ferrocarril Roca, San Martín y Mitre, mediante un túnel que circularía bajo la Avenida 9 de Julio para conectar Constitución con Retiro.
"Estamos redefiniendo cómo se va a hacer el RER y por dónde empezar", dijeron fuentes del Ministerio. Ahora el nuevo plan de acción indicaría "comenzar por la construcción de la estación central subterránea del Obelisco", aunque todavía no hay una decisión tomada. Esto implica barajar y dar de nuevo ya que aún no están listos los pliegos de estas licitaciones.
El cambio de rumbo se vincula con el financiamiento. Hace dos años, Dietrich había dicho que el RER demandaría la construcción de 16 nuevos kilómetros de vías y una inversión de US$ 2.000 millones en un plazo de 6 a 8 años. Según el ministro, esta megaobra permitiría reducir los tiempos de viaje a la mitad y ampliar de 1,5 a 4 millones la cantidad de pasajeros diarios transportados.
Problemas de financiamiento
Tras las turbulencias financieras del lunes y la suba de tasas en Estados Unidos, aparecieron nubarrones que complican las chances de los países en desarrollo de acceder al financiamiento en condiciones favorables.
Según trascendió, la nueva hipótesis de trabajo es financiar la megaobra a través del sistema de PPP. El concepto de esta operatoria es que los proyectos los financian los adjudicatarios, con plata que deben salir a buscar al mercado y el Estado paga a medida que la obra avanza. A la vez, la ley de PPP aprobada en noviembre de 2016, ofrece al sector privado varias ventajas, como cortar la ejecución de la obra si los pagos se atrasan, indexar cánones o tarifas, y reclamar en tribunales extranjeros, entre otras.
Estimaciones del mercado indican que para financiar obras de infraestructura los privados podrían acceder a tasas equivalentes a 100 puntos básicos por encima del riesgo país. Por la incertidumbre financiera global, este indicador cerró el martes en 394 puntos, subió 5% en los últimos 30 días y volvió al nivel de septiembre de 2017, cuando había perforado el techo de 400 puntos.