El plan 10-3-2 de Scioli termina con el relato 6-7-8

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Artículo publicado en El Cronista Comercial el 16.10.15

Las medidas que evalúa el equipo económico conducido por Miguel Bein y el contador Rafael Perelmiter son las siguientes:  

-Acelerar el ritmo de minidevaluaciones del Banco Central.  

-Una negociación rápida con los Fondos Buitres (NML Elliot y compañía) en el juzgado de Griesa, que convenza al juez de Nueva York de la necesidad de establecer un ‘stay’, una medida cautelar que desbloquee los pagos de deuda argentinos y autorice a seguir dialogando con el resto de los ‘holdouts’ bajo esas condiciones. Para ello, aunque no se dice, sería necesario acordar el pago a los Buitres, con alguna quita, pero por encima de lo ofrecido a los que ingresaron a los canjes de deuda.  

-Un amplísimo blanqueo de capitales que permita ‘repatriar’ fondos en el exterior o sacar los dólares del colchón sin ninguna penalidad de la AFIP.

-Complementar la suba del dólar oficial a un ritmo gradual, pero más acelerado que el actual, con una ‘devaluación fiscal’, eliminando retenciones para las economías regionales, trigo y maíz, y reducción para pequeños productores sojeros alejados de la zona núcleo.  

-Privilegiar los dólares disponibles para las importaciones, liberando el cepo de dólares para la industria y otros sectores clave en la formación de precios.  

-Levantar las barreras para la inversión extranjera directa, abriendo el cepo al flujo de utlidades y dividendos al exterior contra el compromiso de inversiones y empleo. (El stock acumulado, que Bein estima en u$s 13.000 millones, se negociaría bajo las mismas condiciones contra la emisión de bonos en dólares).  

-Restricción a la venta de dólares ahorro y turismo, con el fin de reorientar las divisas disponibles a la producción y la inversión. Dicho de otra manera, en el corto plazo, se redefiniría el cepo: menos dólares para el colchón y Miami, y más dólares para la industria.  

-Recorte de subsidios a la energía con descongelamiento de tarifas al consumo de sectores medios y altos, cuidando la gradualidad para los sectores de menores ingresos. También se revisarían subsidios al transporte.  

-Un plan de infraestructura que apunte a mejorar la productividad y reducir costos de logística y fletes, en una economía que requiere urgente mayor competitividad. Y que, a diferencia del pasado, no dispondrá por un buen tiempo de un tipo de cambio real alto, como el que encontraron Kirchner y Cristina al comienzo de sus mandatos.  

-Una mesa de diálogo social para acordar con gremios y empresarios metas de reducción gradual de la inflación.

Como se dijo, además de las medidas iniciales, el programa plantea 3 reglas que deberá respetar la nueva gestión. Bein dice que son necesarias para reestablecer algunas leyes elementales de la economía que se violaron en los últimos años. Puede que llueva un poco de un costado o del otro, pero siempre de arriba para abajo, nunca se puede esperar una lluvia de abajo para arriba, ironiza. Esas reglas serían las siguientes:

*La tasa de interés deberá ser mayor que la inflación y la devaluación, para premiar al ahorrista en pesos e incentivar a una vuelta gradual a la moneda local.  

*La devaluación deberá ser mayor a la inflación (por ejemplo, si el año próximo la inflación es del 25%, la suba del dólar sería de 30%) para recobrar competitividad.

*El gasto público deberá ser menor que la recaudación, para dar la señal que se apuntará a recuperar el equilibrio fiscal.  

Finalmente, en el equipo del candidato oficialista admiten que quien sea el sucesor de Cristina enfrentará dos restricciones.

Una: lo que se pueda aprobar en el Congreso, donde habrá una buena cantidad de legisladores kirchneristas aferrados al relato. Por ejemplo, para acordar con los Buitres será necesario derogar dos leyes que Cristina en cadena nacional equiparó a gestas patrióticas de la historia universal: la ley de pago soberano y la ley de reapertura del canje que mantiene la prohibición ofrecer más a cualquier acreedor que no aceptó el último canje.  

La segunda restricción se refiere a ‘lo que tolere la gente’. Hoy hay más de 17 millones de ingresos que dependen del Estado, cuando en 2003 eran poco más de 7 millones. Salarios, jubilaciones y planes sociales que exigen una actualización por arriba de la inflación y que, aún en los últimos años, permitieron mantener niveles de consumo en distintas franjas de la sociedad. El otro sector a prestar atención es la clase media, que difícilmente acepte de buen grado un paquete de incluye menos dólares para el colchón, dólares más caros para viajar al exterior y tarifazos en las boletas de luz y gas.  

Por supuesto el plan económico de Scioli depende por completo de la disponibilidad de dólares inicial para el próximo gobierno, lo cual a su vez depende de la negociación con los Buitres. No es casual que los últimos días el candidato haya enviado a distintos dirigentes de sus filas a tantear como recibirán los ultra K el acercamiento que se viene con los buitres. Sin ‘stay’ de Griesa no hay emisión de bonos en el mercado internacional para conseguir dólares que engorden las raquíticas reservas que dejará Cristina en el Banco Central. Y sin dólares no hay gradualismo posible. Sólo habría una devaluación abrupta, fuera del plan.