Tras concretar el último desembolso por 10.800 millones dólares a la Argentina, el Fondo Monetario insiste con subir impuestos (reducir o eliminar regímenes especiales de IVA) para corregir el desvío que provoca en la meta de déficit fiscal cero la baja en la recaudación como consecuencia de la recesión.
Preocupados por la baja recaudación respecto de lo previsto en el Presupuesto y el acuerdo con el Fondo, el staff del organismo recomendó en la “tercera revisión” del programa adoptar medidas para garantizar el cumplimiento de la meta de déficit fiscal primario (antes del pago de intereses) “cero” para este año.
Según los propios técnicos del FMI, el desvío proyectado asciende a 0,4% del PBI, lo que equivale a unos $ 80.000 millones. Por eso, si bien el Gobierno propuso para cerrar el déficit seguir recortando gastos de capital (obra pública) todo lo que sea necesario a lo largo del año, el Fondo “sugiere” una serie de medidas de carácter tributario, como ser la eliminación regímenes diferenciales del IVA. Hay ciertos productos y servicios que no pagan IVA y otros que lo hacen con una alícuota diferencial del 10,5%, la mitad del régimen general del 21%.
¿Cuál sería el impacto de la eliminación de los regímenes diferenciales de IVA, como pretende el FMI? El cálculo figura en el Presupuesto 2019 en el capitulo de los llamados “Gastos Tributarios”, es decir, la estimación de la recaudación que pierde el fisco por las exenciones impositivas vigentes o por no gravar con el régimen general a distintos sectores. Veamos:
— El presupuesto nacional estima en 118.000 milliones de pesos el monto que el fisco nacional deja de recaudar por la reducción de alícuotas de IVA.
— En esta condición, se detalla, tributan “Carnes, frutas, legumbres y hortalizas frescas", por lo que el fisco deja de recaudar unos 44.000 millones de pesos en el año.
— Por la alícuota reducida para el pan y otros “productos de panadería” se pierden unos $ 12.700 millones al año, según los cálculos oficiales.
— También las alícuotas reducidas de IVA para la construcción de viviendas, que implican una “pérdida” de recaudación de $ 34.000 millones.
— Y el 10,5% de IVA para la medicina prepaga, por lo que el fisco resignaría unos $ 25.000 millones anuales. Paradójicamente, en el Presupuesto figura también el “reintegro de IVA a jubilados, pensiones y beneficiarios de la AUH por la ley 27.253”, que Dujovne decidió eliminar este (al no renovar su aplicación por decreto), con un costo fiscal de $ 3.141 millones, aunque en realidad era mucho menor porque solo podían acceder al reintegro del 15% del IVA (con un tope 300 pesos mensuales) aquellos jubilados que compraran con la tarjeta de débito. Ahora, el Gobierno evalúa reinstalar el beneficio –que se creó por ley en 2016—como parte del paquete de medidas para estimular el consumo. Habrá que ver si pasa el filtro de Dujovne, ya que va en contra de las recomendación del FMI.
En el Presupuesto 2019 también se estima el costo de la “exenciones” al IVA, que el FMI también pretendería eliminar, aunque del listado surge claramente que el costo político sería tanto o mayor que la eliminación de los regímenes diferenciales de IVA. Veamos:
— Prestaciones médicas a obras sociales: $ 49.000 millones al año.
— Colegios privados y servicios educativos: $ 11.500 millones.
— Medicamentos: $ 8.000 millones.
— Intereses de créditos hipotecarios: $ 2.400 millones.
Teniendo en cuenta que cualquier modificación tributaria debería pasar por el Congreso, algo imposible en el año electoral, según el documento del FMI, Macri y Dujvone se comprometieron a seguir recortartando “gastos de capital” para cumplir con la meta de déficit cero. Eso significaría un ajuste sobre el ajuste ya realizado para la obra pública este año: en el Presupuesto 2019, se prevén unos $ 200.000 millones para obra pública nacional, casi el mismo monto del año pasado (180.000 millones), con una inflación que todavía corre arriba del 50% anual. ¿Habrá margen para recortar $ 80.000 millones extra en la obra pública en el año electoral?
