Tras la salida del cepo, el Gobierno muestra cierta ansiedad para alcanzar un objetivo adicional que ya se hace evidente: una apreciación real del tipo de cambio. Hasta las elecciones, la prioridad continúa siendo la “desinflación”. Por eso, el esquema cambiario no solo pretende que se estabilice el dólar, sino que se mantenga cerca del piso de la banda. ¿Cuáles son los factores que inciden para “forzar” a la apreciación?
1. El BCRA no compra dólares hasta que el oficial toque el “piso” de la banda
Desde el Banco Central dejaron en claro que no habrá intervención en el mercado de cambios hasta que la cotización del dólar oficial toque el “piso” de la banda de flotación. En otras palabras, mientras el precio de la divisa se mantenga por encima de ese umbral inferior, la autoridad monetaria se mantendrá al margen de la plaza cambiaria.
Esta estrategia implica que uno de los principales compradores del mercado —el propio BCRA— se retira temporalmente de la demanda, lo que reduce la presión compradora sobre el dólar oficial. Como consecuencia, no solo se desalienta una suba del tipo de cambio, sino que incluso se abre la posibilidad de que la cotización descienda por debajo del punto medio de la banda ($1.200 pesos)
2. Caída en la demanda tras adelantamiento de importaciones
En el mes previo al levantamiento del cepo, muchas empresas optaron por adelantar importaciones como medida de cobertura ante la expectativa de una posible devaluación o cambio en el régimen cambiario.
Este comportamiento generó una demanda puntual y elevada de dólares en el mercado oficial, particularmente desde sectores que dependen fuertemente de insumos importados. La lógica fue clara: asegurarse divisas al tipo de cambio vigente antes de un posible encarecimiento del dólar.
Es esperable tras la apertura del cepo y con un escenario más estable y sin grandes movimientos en el tipo de cambio oficial. El flujo de importaciones empezará a normalizarse gradualmente. Esta menor demanda de divisas alivia al mercado libre de cambios (MLC), contribuyendo a una dinámica más equilibrada entre oferta y demanda.
3. Señal al agro: se termina la rebaja de retenciones en julio
El Gobierno ya anticipó que en julio dejará de regir la baja transitoria de retenciones. Esta decisión actúa como un incentivo para que los exportadores liquiden sus divisas antes de esa fecha, aprovechando las alícuotas reducidas vigentes hasta el 30 de junio
Esta estrategia busca captar dólares en el corto plazo, reforzando la oferta en el mercado oficial en las semanas posteriores a la salida del cepo.
4. Apretón monetarios y suba de tasas en el mercado
El Banco Central decidió interrumpir la renovación de los pases pasivos, una herramienta clave con la que usualmente otorga liquidez del sistema financiero. Al cortar esta vía de financiamiento a corto plazo para los bancos, se fuerza a las entidades bancarias a que otorguen mayores rendimientos en pesos a sus depositantes.
A partir de mediados de abril de 2025, hubo aumento en las tasas de los plazos fijos. Por ejemplo, el Banco Nación incrementó su tasa del 29,5% al 37%, mientras que bancos privados llegaron a ofrecer tasas de interés entre 34% y 38% anual.
Este ajuste en las tasas de interés busca incentivar la inversión en pesos, desincentivar la dolarización de carteras.
5. Dólares financieros: prioridad para no residentes
El Gobierno habilitó el ingreso de capitales financieros de no residentes, una medida que apunta a atraer divisas frescas en el corto plazo y reforzar el perfil de estabilización post-cepo. Esta apertura se concretó incluso antes de permitir que las empresas locales giren utilidades y dividendos retenidos desde antes de 2024, lo que deja en claro que el objetivo inmediato es mejorar la oferta de dólares en el mercado formal sin liberar todavía toda la demanda corporativa acumulada.
Se prioriza la llegada de fondos externos que puedan invertir en activos financieros para descomprimir el riesgo país y lograr fondeo para las licitaciones del Tesoro en pesos.
Esta decisión se interpreta como una señal hacia los mercados internacionales: la administración busca dar un marco de previsibilidad y apertura, pero de manera escalonada y ordenada. Al permitir primero el ingreso de capitales especulativos y postergar el giro de utilidades, el Gobierno evita una salida masiva de divisas en el corto plazo y mantiene el control sobre la balanza cambiaria. Al mismo tiempo, mejora el perfil de reservas y busca anclar expectativas en medio de la salida del cepo. Sin dejar de lado que el objetivo (en un año electoral) es que continúe la “desinflación”.
6. Bopreal: emisión en dólares, absorción en pesos
El BCRA lanzará una nueva serie de Bopreal por US$ 3.000 millones para canalizar la demanda de giro de utilidades y dividendos pre-2024. Esta medida implica una fuerte absorción de pesos del mercado, actuando como complemento de la política monetaria contractiva, evitando presión alcista sobre el tipo de cambio.
En resumen, la salida del cepo vino con un plan más amplio: consolidar una apreciación cambiaria y que esto sirva como ancla para la inflación, se incentive a inversiones financieras (incluyendo a los extranjeros) y que baje el riesgo país.
Resumen de los factores que apuntan a una apreciación cambiaria:
- No intervención del BCRA: El Banco Central solo comprará dólares cuando el tipo de cambio alcance el piso de la banda.
- Disminución de la demanda de divisas: Luego del adelantamiento de importaciones, se espera una menor demanda de dólares.
- Fin de la rebaja de retenciones: En julio se termina la baja transitoria de retenciones, incentivando la liquidación de divisas.
- Aumento de tasas de interés: Se incrementaron las tasas de los plazos fijos para incentivar lel ahorro en pesos.
- Ingreso de capitales no residentes: Se permiten capitales financieros externos para mejorar la oferta de dólares.
- Emisión de Bopreal: Lanzamiento de Bopreal por US$ 3,000 millones para absorber pesos y evitar presión sobre el tipo de cambio.