En los años electorales se suelen producir efectos importantes en el mercado financiero (mercado de bonos y acciones). Los resultados tienen un impacto sobre las expectativas futuras. En las elecciones de 2013 y 2015 tuvieron un efecto positivo en acciones y caída en el riesgo país (suba de bonos). Contrariamente, en la PASO 2019 se produjo un derrumbe de bonos y acciones y se disparó una crisis cambiaria. La elección presidencial de 2023 parte de valores muy bajos de acciones y bono. La pregunta es ¿viene un “trade electoral” o el mercado esta vez tendrá que “ver para creer”?
En las elecciones legislativas de 2013, el Frente Renovador de Sergio Massa se impuso en la provincia de Buenos Aires y con ello derrumbó la posibilidad que Cristina Fernández intente una reforma constitucinal y la posibilidad de una re-relección en 2015. Tras la elección PASO de 2013 se inició un “bullmarket” (mercado alcista): el Merval -índice de principales acciones argentinas- en dólares pasó de u$s 366 (al dólar Contado con liqui) un mes antes de la PASO y alcanzó U$S 656 en poco más de 70 días pasadas las elecciones primarias. Es decir, subió 77% en dólares en 100 días.
En las elecciones presidenciales de 2015, el mercado hasta la elección general guiado por las encuestas (adversas para Macri) desinflaban la expectativa de cambio de Gobierno y el Merval mostraba una tendencia bajista. Sin embargo, los resultados generales pusieron a Macri y a Scioli en el balotaje y esto generó una expectativa positiva en el mercado de acciones y bonos.
Desde la elección general al balotaje, se produjo una “rally” en la cotización en dólares de las acciones: pasaron de U$S 698 a U$S 956. Es decir, subieron 40% en poco más de 2 meses.
A su vez, el riesgo país tuvo el comportamiento en línea con lo anterior. En 2013, el riesgo país a 60 días de las PASO se ubicaba en 1.190 puntos y a los 60 días posteriores a la elección cayó a 782 puntos básicos.
En 2015, los bonos subieron marginalmente por el “trade electoral”. El riesgo país pasó de 593 puntos (60 días antes de la PASO) a 495 puntos en 60 días posteriores a la elección general presidencial.
En 2023, las acciones y bonos parten de cotizaciones con niveles muy bajos. Las paridades de los bonos en 2022 llegaron a estar por debajo de los 20 dólares por lamina de 100 nominales tras la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía. Mientras que el Merval medido en dólares (al contado con liqui) toco un piso de 300 dólares en ese momento.
En lo que va del año, el Merval tuvo un rally alcista de 30% medido en dólares. Y las cotizaciones de los bonos tuvieron una mayor volatilidad. Los bonos soberados en el arranque del año tuvieron paridades de superiores 30 dólares (cada 100 nominales) previo al anuncio de recompra de deuda. En abril, en medio de la disparada del dólar blue a $500, tocaron piso de 20-22 dólares. Y en junio, acumulan una recuperación entre 9%/13% en dólares.
En la comparación internacional, el merval en dólares contra el S&P 500 ( índice de las principales 500 empresas norteamericanas) entre 2020 y 2023, se observa que desde la pandemia hasta 2021 el merval tuvo una pérdida de 40% medido en dólares, mientras el S&P 500 se disparó un 50% hasta finales de 2021- producto de una política monetaria laxa de la FED.
En los últimos 12 meses el merval, tuvo un “catch up” con el S&P 500, subió 110% en dólares entre julio de 2022 (post salida de Guzmán) y junio de 2023. Mientras que el S&P cayó desde su máximo cerca de 9% (tomando el promedio mensual). Esta disparada en las acciones argentinas puede marcar el inicio de un bull-market (mercado alcista) nuevamente con expectativas que en 2024 con el cambio de Gobierno, se ajusten los desequilibrios macroeconómicos y se instrumente un plan de estabilización. Esto puede incrementar el apetito de inversores locales e internacionales por los “papeles” argentinos.
De repetirse el “trade electoral” es muy probable que previo a la elección PASO las expectativas positivas se vayan incorporando a los precios de los activos. Más específicamente, el sector energético, que a mediano plazo tiene mucha potencialidad, ya tuvo un recorrido alcista. Los bancos aun no tuvieron un rally tan importante. Probablemente sin un programa de estabilización (integral y consistente) y sin solución para el stock de pasivos remunerados del BCRA (leliqs y pases) , todavía hay dudas sobre el futuro del sector bancario. Los inversores internacionales que en la anterior gestión (Mauricio Macri) se volcaron fuertemente a invertir en bonos y acciones están siendo muy prudentes en retomar posicionamiento en los papeles argentinos. Es muy factible que prefieran “ver para creer”, antes de apostar masivamente al mercado bursátil argentino nuevamente.