El indec publicará mañana últimas cifras de pobreza disponibles, correspondientes al segundo semestre de 2017. El número sería muy cercano al 26%, una baja sustancial comparado, como corresponde, con el mismo período del año anterior: en el segundo semestre de 2016 era del 30,3%. Así, siempre según los datos oficiales, el gobierno podrá mostrar la tercera reducción consecutiva de los índices de pobreza, que en los primeros 6 meses de la administración Macri –tras la devaluación y la disparada de la inflación– alcanzó el pico de 32,2%.
Más allá de las dudas que genera en la oposición todavía los números del Indec, la tendencia a la reducción de la pobreza es lógica. Tras haber alcanzado el máximo en el primer semestre de 2016 –cuando la inflación anualizada llevó al 45% en junio de ese año y hubo una gran destrucción de empleo, especialmente en la obra pública– la desaceleración de los precios y la lenta recuperación de la ocupación y los salarios mejoró los índices.
Vale recordar que el Indec mide pobreza por ingresos, comparando los salarios o remuneraciones de las familias contra la llamada canasta de la pobreza, que en la segunda mitad del año pasado rondaba los 16.000 pesos para una famlia tipo.
La controversia estallará con la comparación de la herencia de Cristina. Como el kirchnerismo dejó de publicar las estadísticas de pobreza desde inicios de 2014 –cuando Moreno había dibujado en los papeles oficiales un bochornoso 5% de pobres– las compraciones con los últimos años del gobierno k no son posibles mirando las estadísticas oficiales. La medición del observatorio social de la Universidad Católica Argentina para los últimos meses de Cristina arrojó un 28,7% de población, unos 12,6 millones en situación de pobreza.
Ese dato no es comparable con los del Indec, que recién empezaron a elaborarse con la nueva gestión a partir de 2016. Pero si lo fuera podría decirse que la pobreza subió en la primera mitad de la gestión Macri hasta superar los 14 millones de pobres (1,4 millones de pobres más). Y durante el 2017 se redujo a alrededor de 11,4 millones de pobres. Pero, ya se dijo, esas cifras no son comparables aunque seguramente agitarán la polémica.