En 2020, BCRA emitió 2 billones de pesos para cubrir el “agujero fiscal”. La pandemia y la cuarentena derrumbaron los ingresos fiscales y dispararon el gasto público para amortiguar el impacto económico del coronavirus (Gasto Covid). Se disparó el déficit fiscal que fue financiado en su totalidad vía emisión de pesos.
En el arranque de 2021 los interrogantes eran cómo Miguel Pesce, titular del BCRA, iba a evitar un nuevo desborde de pesos que desestabilizara nuevamente a la economía. Más aún cuando la incertidumbre de la pandemia sigue más presente que nunca con la fuerza de la segunda ola.
Sin embargo, en lo que va del año la autoridad monetaria mostró señales de prudencia monetaria. En pocas palabras, Pesce arrancó 2021 con bastante “ortodoxia” si miramos los números del balance del BCRA.
En lo que va de 2021, la base monetaria solo creció en $68.500 millones. Es decir, aumentó un 2,7%. Si tomamos la variación interanual en mayo (respecto a mismo mes de 2020) fue de solo 14,1% .
En tanto, la “circulación monetaria” (billetes y monedas en bancos y en poder del público) en mayo –hasta el 12/7- tomando promedio mensual creció al 27% interanual, muy por debajo de la la inflación acumulada. Más aún, en lo que va de 2021, se mantuvo prácticamente sin cambios (en términos nominales) solo subió 1,3%.
Si tomamos el “agregado M2” (que incluye billetes y monedas en poder del público, cheques cancelatorios y caja de ahorro privada en pesos) crece al 35,1% interanual. En el pico de la pandemia llegó a crecer al 100% interanual (julio/20). Desde diciembre pasado, sólo aumentó solo un 7,4% (ver gráfico).
Si tomamos cualquiera de los agregados monetarios mencionados, hay un sesgo contractivo en la política monetaria. Si medimos la variación en términos reales –descontando la inflación acumulada- tanto la base monetaria, como el circulante monetario y el agregado M2, caen fuerte en términos reales.
Hasta el 12 de mayo pasado (último dato oficial), la maquinita de emisión del BCRA imprimió por $190.000 millones para asistir al Tesoro Nacional (adelantos transitorios). Es un 74% menos que para el mismo período de 2020: en los primeros 4 meses de 2020 ya se habían emitido $ 622.000 millones y sólo en mayo se emitieron otros $ 430.000 millones para asistir al Tesoro.
La que sí estuvo activa fue la “aspiradora de pesos”. Entre enero y mayo (hasta 12/05) el Central retiró el exceso de pesos vía colocación de Leliqs –Letras de Liquidez- y Pases por 691.000 millones de pesos. Esta cifra es equivalente al 27,6% de la base monetaria actual.
Y además, el BCRA retiró pesos de circulación vía venta de bonos en cartera otros $98.164 millones. Es decir, entre ambas operatorias “aspiro” pesos por casi $790.000 millones.
Son muestras claras de que Miguel Pesce y Martín Guzmán, quien tuvo desde la crisis de octubre pasado mayor injerencia en el BCRA, están preocupados por la emisión monetaria, su efecto sobre la inflación y la “brecha cambiaria”.
Hay otros factores que expandieron la base monetaria. Entre enero y mayo (hasta el día 12) la expansión monetaria por pago de intereses de Leliqs y Pases fue de $397.213 millones. Actualmente, este es el principal factor de expansión monetaria.
Por otra parte, el BCRA acumuló compras netas de dólares por u$S 4.754 millones (una parte se los vendió al Tesoro Nacional para cancela deuda) y para ello debió emitir un total de 307.565 millones de pesos (hasta el 12/05) .
En resumen, tras la crisis cambiaria de octubre pasado el BCRA está muy preocupado por la evolución de la emisión monetaria y los agregados monetarios. Está tratando de “sacarle combustible” a la “brecha cambiaria” y a la inflación. Por ello, hizo una mega-absorción de pesos “excedentes” en pocos meses incrementando fuertemente el stock de Leliqs.
Probablemente hasta concluido el primer semestre el BCRA tendrá cierto margen para poder retirar pesos, sin tener que subir la tasa de interés. Sin embargo, cuando la incertidumbre política – por las elecciones legislativas – aumente, es muy probable que con el “cepo “ y una tasas de interés del 38% anual, no alcance. Entonces, el Banco Central deberá tomar la decisión de si sube o no las tasas de interés.